La Trinidad

De Enciclopedia de conocimiento de la Iglesia de Dios
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La Trinidad[1] es la verdad bíblica de que Dios Padre, Dios Hijo y Dios Espíritu Santo no son diferentes sino uno.

La mayoría de las iglesias, como la católica y las protestantes, reconocen a la Trinidad, pero sus interpretaciones son diferentes. Sin embargo, el Antiguo y el Nuevo Testamento describen al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo como un solo Dios Padre.

Concepto de la Trinidad

La Trinidad entendida mediante los tres estados del agua

La Biblia nos enseña que Dios Padre Jehová, Dios Hijo Jesucristo y Dios Espíritu Santo son el mismo. El concepto de la Trinidad de que los Tres son uno puede entenderse fácilmente por medio de los tres estados del agua (H2O). El agua (líquido) se transforma en hielo (sólido) al estar a una temperatura inferior al punto de congelación, y se convierte en vapor (gaseoso) al superar los 100 ºC. El agua, el hielo y el vapor tienen diferentes nombres y formas, pero presentan el mismo compuesto químico (H2O). Además, podemos pensar en un monodrama en el que un actor desempeña tres papeles. En un monodrama, un mismo actor interpreta todos los papeles. Aunque el actor interprete tres papeles diferentes, sigue siendo la misma persona.

En la Biblia están Dios Padre, el Hijo de Dios (Dios Hijo) y el Espíritu de Dios (Espíritu Santo). Sin embargo, son uno y el mismo Dios Padre en esencia.

Dios Padre Jehová = Dios Hijo Jesús

Numerosas iglesias tienen opiniones diversas sobre quién es Jesús en esencia. Algunas iglesias afirman que Jehová y Jesús son un solo Dios, pero existen por separado dentro del único Dios. Otras iglesias consideran a Jesús como uno de los ángeles o como un hombre. Algunos incluso insisten en que Jehová y Jesús son diferentes, aunque se los describe como uno solo por tener la misma voluntad y propósito.

Solo la Biblia puede demostrar con exactitud quién es Jesús.


“Escudriñad las Escrituras; porque a vosotros os parece que en ellas tenéis la vida eterna; y ellas son las que dan testimonio de mí [de Jesús].”

- Juan 5:39


Cuando Jesús mencionó las Escrituras (la Biblia), se refería al Antiguo Testamento, no al Nuevo Testamento. Sin estudiar las profecías de los profetas del Antiguo Testamento sobre Cristo que ha de venir, nunca podremos saber quién es realmente Jesús. Si examinamos cuidadosamente las profecías del Antiguo Testamento, a través de su cumplimiento podemos entender quién es Jesús y la Trinidad.

El mensajero de Jehová prepara el camino para Jehová

El Antiguo Testamento profetizó que Jehová (Mesías) mismo vendría al mundo.


“He aquí, yo envío mi mensajero, el cual preparará el camino delante de mí; [...] ha dicho Jehová de los ejércitos.”

- Malaquías 3:1


Esto significa que Jehová Dios enviará primero a su mensajero con el fin de preparar el camino para su venida al mundo. El profeta Isaías profetizó lo mismo.


“Voz que clama en el desierto: Preparad camino a Jehová; enderezad calzada en la soledad a nuestro Dios. [...] levanta fuertemente tu voz, anunciadora de Jerusalén; levántala, no temas; di a las ciudades de Judá: ¡Ved aquí al Dios vuestro! [...] He aquí, que Jehová el Señor vendrá con poder, y su brazo señoreará [...]”

- Isaías 40:3-10


La profecía sobre el mensajero que prepara el camino para Jehová fue cumplida por Juan el Bautista, y la profecía sobre Jehová se cumplió con Jesús que vino en la carne.


“En aquellos días vino Juan el Bautista predicando en el desierto de Judea, y diciendo: Arrepentíos, porque el reino de los cielos se ha acercado. Pues este es aquel de quien habló el profeta Isaías, cuando dijo: Voz del que clama en el desierto: Preparad el camino del Señor, enderezad sus sendas.”

- Mateo 3:1-3


Piedra para tropezar y tropezadero para caer

El profeta Isaías profetizó que Jehová sería piedra para tropezar y tropezadero para caer.


“A Jehová de los ejércitos, [...] pero a las dos casas de Israel, por piedra para tropezar, y por tropezadero para caer, y por lazo y por red al morador de Jerusalén. Y muchos tropezarán entre ellos, y caerán, y serán quebrantados; y se enredarán y serán apresados.”

- Isaías 8:13-15


La profecía sobre la piedra para tropezar y el tropezadero para caer se cumplió con Jesús en el Nuevo Testamento. Para los que no creían, Jesús se convirtió en piedra para tropezar y tropezadero para caer.


“Acercándoos a él [Jesús], piedra viva, desechada ciertamente por los hombres, mas para Dios escogida y preciosa [...]. Por lo cual también contiene la Escritura: He aquí, pongo en Sion la principal piedra del ángulo, escogida, preciosa; y el que creyere en él, no será avergonzado. Para vosotros, pues, los que creéis, él es precioso; pero para los que no creen, la piedra que los edificadores desecharon, ha venido a ser la cabeza del ángulo; y: piedra de tropiezo, y roca que hace caer, porque tropiezan en la palabra, siendo desobedientes; a lo cual fueron también destinados.”

- 1 Pedro 2:4-8


Jehová de los ejércitos en el Antiguo Testamento es Jesucristo que vino como hombre en los tiempos del Nuevo Testamento.

El Salvador

En el Antiguo Testamento está escrito muchas veces que no hay otro Salvador excepto Jehová.[2][3]


“Yo, yo Jehová, y fuera de mí no hay quien salve.”

- Isaías 43:11


Pero en el Nuevo Testamento está escrito que no hay otro Salvador excepto Jesús.


“Este Jesús es la piedra reprobada por vosotros los edificadores, la cual ha venido a ser cabeza del ángulo. Y en ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos.”

- Hechos 4:11-12


Si Jehová Dios y Jesús son diferentes, es imposible que ambos escritos sean verdaderos al mismo tiempo. Si conectamos y observamos las palabras del Antiguo y del Nuevo Testamento que dan testimonio del Salvador, es evidente que Jehová Dios y Jesús son uno y el mismo en la Trinidad.

El Juez

La Biblia profetiza que en el futuro, Jehová vendrá al mundo con fuego y pronunciará el juicio final.

“Porque he aquí que Jehová vendrá con fuego, y sus carros como torbellino, para descargar su ira con furor, y su reprensión con llama de fuego. Porque Jehová juzgará con fuego y con su espada a todo hombre; y los muertos de Jehová serán multiplicados.”

- Isaías 66:15-16


Sin embargo, en el Nuevo Testamento está escrito que Jesús es el que se manifestará en llama de fuego y traerá juicio.


“[...] cuando se manifieste el Señor Jesús desde el cielo con los ángeles de su poder, en llama de fuego, para dar retribución a los que no conocieron a Dios, ni obedecen al evangelio de nuestro Señor Jesucristo; los cuales sufrirán pena de eterna perdición, excluidos de la presencia del Señor y de la gloria de su poder.”

- 2 Tesalonicenses 1:7-9


Mediante esto podemos entender que Jesús es Jehová Dios que vendrá como el último Juez.

Jehová se sienta sobre el trono de David

En la Biblia estaba profetizado que el Padre Eterno, Jehová Dios, nacería como un niño y se sentaría sobre el trono de David.


“Porque un niño nos es nacido, hijo nos es dado, y el principado sobre su hombro; y se llamará su nombre Admirable, Consejero, Dios Fuerte, Padre Eterno, Príncipe de Paz. Lo dilatado de su imperio y la paz no tendrán límite, sobre el trono de David y sobre su reino, disponiéndolo y confirmándolo en juicio y en justicia desde ahora y para siempre. El celo de Jehová de los ejércitos hará esto.”

- Isaías 9:6-7


Fue Jesús quien nació en el mundo como un niño y un hijo[4] y recibió el trono de David.


““Y ahora, concebirás en tu vientre, y darás a luz un hijo, y llamarás su nombre JESÚS. Éste será grande, y será llamado Hijo del Altísimo; y el Señor Dios le dará el trono de David su padre.”

- Lucas 1:31-32


A través de ello, comprendemos que Jesús, quien nació como un niño en esta tierra y se sentó sobre el trono de David, es Jehová Dios. Así que en la Trinidad, el Padre Jehová y el Hijo Jesús son el único y el mismo.

Emanuel

El Antiguo Testamento profetizó que Aquel que naciera de una virgen sería llamado “Emanuel”.[5] Esta profecía se cumplió con el nacimiento de Jesús.


“Por tanto, el Señor mismo os dará señal: He aquí que la virgen concebirá, y dará a luz un hijo, y llamará su nombre Emanuel.”

- Isaías 7:14

“El nacimiento de Jesucristo fue así: Estando desposada María su madre con José, antes que se juntasen, se halló que había concebido del Espíritu Santo. [...] Y dará a luz un hijo, y llamarás su nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo de sus pecados. Todo esto aconteció para que se cumpliese lo dicho por el Señor por medio del profeta, cuando dijo: He aquí, una virgen concebirá y dará a luz un hijo, y llamarás su nombre Emanuel, que traducido es: Dios con nosotros.”

- Mateo 1:18-23


Emanuel (hebreo:עִמָּנוּאֵל) combinación de immanu (עמנו, con nosotros) y el (אל, Dios).En conjunto, significa “Dios con nosotros”. Cuando Jesús nació como un niño, Jehová Dios estuvo con su pueblo. En otras palabras, Dios nació como un niño a través de una virgen. Por lo tanto, Jesús en esencia es Jehová Dios.

El Alfa y la Omega

Según la Biblia, el Padre y el Hijo son el Alfa y la Omega.

“Yo soy el Alfa y la Omega, principio y fin, dice el Señor [Jehová]

- Apocalipsis 1:8

Yo [Jesús] soy el Alfa y la Omega, el principio y el fin, el primero y el último.”

- Apocalipsis 22:13


Alfa y omega son la primera (Α) y la última letra (Ω) del alfabeto griego. En la Biblia, “Alfa y Omega” significa el primero y el último, el principio y el fin. Si Dios Padre Jehová y Dios Hijo Jesús fueran diferentes, el Hijo no podría ser el Alfa, el principio, porque el Padre debe existir antes que el Hijo. Sin embargo, en la Biblia, tanto el Padre como el Hijo son el Alfa. Por lo tanto, el Padre y el Hijo son el mismo en esencia, según la verdad de la Trinidad.

Rey de reyes y Señor de señores

Dios [Jehová] llevará esto a cabo, porque él es el único y bienaventurado Soberano, Rey de reyes y Señor de señores.”

- 1 Timoteo 6:15 (DHH)

“el Cordero [Jesús] es Señor de señores y Rey de reyes.”

- Apocalipsis 17:14


Solo Dios puede ser llamado “Rey de reyes y Señor de señores”. Jesús, el Cordero,[6] es llamado “Señor de señores y Rey de reyes” porque es Dios Padre Jehová.

El Señor del Día de Reposo

“En verdad vosotros guardaréis mis días de reposo [de Jehová].”

- Éxodo 31:12-13

“porque el Hijo del Hombre [Jesús] es Señor del día de reposo.”

- Mateo 12:8


El Día de Reposo es el día de Jehová Dios. Sin embargo, en el Nuevo Testamento, Jesús dijo que Él era el Señor del Día de Reposo. Esto significa que, en la Trinidad, Dios Padre Jehová y Dios Hijo Jesús son uno y el mismo.

Dios Padre Jehová = Espíritu Santo

Solo hay un Espíritu Santo

Espíritu Santo es un término general que se refiere al Espíritu de Dios. El Espíritu de Dios no es diferente de Dios mismo.[7] Dios es fundamentalmente santo como el Espíritu. Si Dios y el Espíritu Santo fueran diferentes, habría dos Espíritus Santos; no obstante, la Biblia explica que solo hay un Espíritu Santo.[8]


“un cuerpo, y un Espíritu

- Efesios 4:4


Por consiguiente, Jehová y el Espíritu Santo son uno y el mismo.

El Espíritu Santo escudriña aun lo profundo de Dios

En términos comparativos, así como el espíritu dentro de nosotros es nosotros mismos, el Espíritu de Dios, el Espíritu Santo, es Jehová Dios. Como el espíritu dentro de nosotros nos comprende plenamente, el Espíritu Santo escudriña lo profundo de Dios, que nadie conoce excepto Él.


“Pero Dios nos las reveló a nosotros por el Espíritu; porque el Espíritu todo lo escudriña, aun lo profundo de Dios. Porque ¿quién de los hombres sabe las cosas del hombre, sino el espíritu del hombre que está en él? Así tampoco nadie conoció las cosas de Dios, sino el Espíritu de Dios.”

- 1 Corintios 2:10-11


El Espíritu Santo, que es el único que escudriña aun lo profundo de Dios, es Dios mismo.

La Biblia es inspirada por Dios

“Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia.”

- 2 Timoteo 3:16

“entendiendo primero esto, que ninguna profecía de la Escritura es de interpretación privada, porque nunca la profecía fue traída por voluntad humana, sino que los santos hombres de Dios hablaron siendo inspirados por el Espíritu Santo.”

- 2 Pedro 1:20-21


El apóstol Pablo dijo que la Escritura es inspirada por Dios (Jehová); sin embargo, el apóstol Pedro declaró que los profetas del Antiguo Testamento fueron inspirados por el Espíritu Santo cuando escribieron la Biblia. Esto indica que Dios Padre Jehová es el Espíritu Santo.

Dios Hijo Jesús = Espíritu Santo

Dios Padre Jehová y Dios Hijo Jesús son uno; Dios Padre Jehová y Dios Espíritu Santo también son uno. Esto significa que Dios Hijo Jesús y Dios Espíritu Santo son uno. Jesucristo fue concebido por el Espíritu Santo. Significa que el Espíritu Santo nació en la carne a través del cuerpo de María.[9]

Un mediador

Un mediador es aquel que ayuda a resolver un conflicto entre dos o más personas. En la Biblia, se refiere a una persona que ayuda a restaurar la relación entre Dios y la humanidad que se quebró por el pecado. En el Nuevo Testamento, Jesucristo actúa Él solo como Mediador entre Dios y los hombres.[10]


“Así que, por eso [Jesús] es mediador de un nuevo pacto, para que interviniendo muerte para la remisión de las transgresiones que había bajo el primer pacto, los llamados reciban la promesa de la herencia eterna.”

- Hebreos 9:15


A diferencia de los sacerdotes del Antiguo Testamento, Jesús es un sacerdote eterno que permanece para siempre, e intercede por los santos.[11][12] Este es un papel que Jesús, el único Mediador, puede desempeñar.

Pero en el libro de Romanos está escrito que el Espíritu y Jesús interceden por los santos.


“Y de igual manera el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad; pues qué hemos de pedir como conviene, no lo sabemos, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos indecibles. Mas el que escudriña los corazones sabe cuál es la intención del Espíritu, porque conforme a la voluntad de Dios intercede por los santos. [...] Cristo [‘Cristo Jesús’, DHH] es [...] el que además está a la diestra de Dios, el que también intercede por nosotros.”

- Romanos 8:26-27, 34


El Espíritu Santo también realiza la obra mediadora que solo Jesús puede cumplir. Esto significa que el Espíritu Santo y Jesús son uno y el mismo.

Abogado (Consolador)

Jesús se sacrificó como ofrenda para pagar los pecados de la humanidad. El apóstol Juan describió a Jesús, quien se sacrificó por la humanidad, como un abogado que intercedió por los pecados de los santos ante Dios.


“Hijitos míos, estas cosas os escribo para que no pequéis; y si alguno hubiere pecado, abogado [παρακλητος, paráklētos][13] tenemos para con el Padre, a Jesucristo el justo.”

- 1 Juan 2:1-2


La palabra griega original para abogado es paráklētos (παρακλητος), que indica a la persona llamada para respaldar y defender a alguien. El único Consolador de los seres humanos, que son fundamentalmente pecadores, es Jesús, quien personalmente se convirtió en la ofrenda de paz o de comunión para expiar los pecados de todo el mundo. Juan, quien escribió que Jesús es nuestro Abogado (paráklētos), también describió en el Evangelio de Juan las enseñanzas de Cristo, quien dijo que el Espíritu Santo es el Consolador (paráklētos).

“Mas el Consolador [παρακλητος, paráklētos], el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, él os enseñará todas las cosas, y os recordará todo lo que yo os he dicho.”

- Juan 14:26


Por esto, podemos entender que Jesús, quien es el único Abogado (Consolador), es el Espíritu Santo.

El Espíritu Santo está con nosotros para siempre

“Y yo rogaré al Padre, y os dará otro Consolador, para que esté con vosotros para siempre: el Espíritu de verdad, [...] porque yo vivo, vosotros también viviréis. [...] En aquel día vosotros conoceréis que yo estoy en mi Padre, y vosotros en mí, y yo en vosotros.”

- Juan 14:16-20


“Otro Consolador” se refiere al Espíritu Santo. El Espíritu Santo mora con los santos y en ellos para siempre; sin embargo, en Mateo 28 y Juan 6 está escrito que Jesús siempre morará y estará con los santos hasta el fin del mundo.

  • “y he aquí yo [Jesús] estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén.”Mateo 28:20
  • “El que come mi carne y bebe mi sangre [de Jesús], en mí permanece, y yo en él.” Juan 6:56

Esto indica que Jesús, el cual está con los santos para siempre, es el Espíritu Santo. Según la verdad de la Trinidad, Dios Hijo Jesús y el Espíritu Santo son uno y el mismo.

El Cordero y el Espíritu Santo

El apóstol Juan vio la revelación del banquete de bodas celestial que se llevaría a cabo en el futuro.

“Gocémonos y alegrémonos y démosle gloria; porque han llegado las bodas del Cordero, y su esposa se ha preparado.”

- Apocalipsis 19:7


El “Cordero” se refiere a Jesús. Según este versículo, cuando Jesús, el Cordero, regrese al mundo, ocurrirá este evento. El Cordero (Jesús) y su Esposa, que aparecen en el banquete de bodas celestial, son descritos como el Espíritu y la Esposa en el último capítulo de Apocalipsis.


“Y el Espíritu y la Esposa dicen: Ven. Y el que oye, diga: Ven. Y el que tiene sed, venga; y el que quiera, tome del agua de la vida gratuitamente.”

- Apocalipsis 22:17


En esta profecía, el Espíritu se refiere a Jesús que viene de nuevo al mundo; por lo tanto, Jesús y el Espíritu Santo son uno y el mismo.

El Espíritu de Cristo y el Espíritu Santo

“Los profetas que profetizaron de la gracia destinada a vosotros, inquirieron y diligentemente indagaron acerca de esta salvación, escudriñando qué persona y qué tiempo indicaba el Espíritu de Cristo que estaba en ellos, el cual anunciaba de antemano los sufrimientos de Cristo, y las glorias que vendrían tras ellos.”

- 1 Pedro 1:10-11

“entendiendo primero esto, que ninguna profecía de la Escritura es de interpretación privada, porque nunca la profecía fue traída por voluntad humana, sino que los santos hombres de Dios hablaron siendo inspirados por el Espíritu Santo.”

- 2 Pedro 1:20-21


El apóstol Pedro escribió que las palabras de las profecías, escritas por los profetas del Antiguo Testamento inspirados por el Espíritu de Cristo, fueron escritas por hombres inspirados por el Espíritu Santo. Ello significa que Dios Hijo Jesús y Dios Espíritu Santo son uno y el mismo.

El entendimiento correcto de Dios: la Trinidad

A lo largo del Antiguo y el Nuevo Testamento, la Biblia muestra consistentemente que el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo son uno y el mismo Dios.[14] Aunque cada uno tiene un nombre diferente, siguen siendo el mismo. Aquellos que entendieron la Trinidad, como los apóstoles Pablo y Juan, sabían que Jesucristo hombre era Jehová Dios, quien creó los cielos y la tierra con sus palabras.[15][16] Dios Espíritu Santo también es Jehová Dios el Creador, y Jesucristo que expió los pecados de la humanidad a través de la sangre del nuevo pacto.

Vídeos relacionados

  • ¿Los tres son uno? - Resolviendo el misterio de la Trinidad

  • Sermón: Trinidad

Véase también

Enlaces externos


Referencias