Nuevo pacto

El significado literal de nuevo pacto es “nueva promesa”. En el cristianismo, se refiere a la nueva promesa hecha por Jesucristo para la salvación de la humanidad. Por el contrario, el pacto establecido en el tiempo de Moisés se llama antiguo pacto, que significa la “promesa hecha hace mucho tiempo”. De esta expresión, se crearon los términos Nuevo Testamento y Antiguo Testamento.

Jesús estableció el nuevo pacto en la Santa Cena de la Pascua.

El nuevo pacto aparece por primera vez en el libro de Jeremías en el Antiguo Testamento. Jehová Dios profetizó que Él haría un nuevo pacto. El que estableció el nuevo pacto es Dios que vino en la carne, cuyo nombre es Jesús. Jesús estableció el nuevo pacto en la Santa Cena de la última Pascua que guardó con sus discípulos antes de su sufrimiento en la cruz. En el Evangelio de Juan, está escrito como “nuevo mandamiento”.

El nuevo pacto establecido por Dios

Jehová dijo que haría un nuevo pacto

El profeta Jeremías del Antiguo Testamento profetizó que Jehová Dios haría un nuevo pacto.

“He aquí que vienen días, dice Jehová, en los cuales haré nuevo pacto con la casa de Israel y con la casa de Judá. […] Pero este es el pacto que haré con la casa de Israel después de aquellos días, dice Jehová: Daré mi ley en su mente, y la escribiré en su corazón; y yo seré a ellos por Dios, y ellos me serán por pueblo.”

- Jeremías 31:31-33

Ya que dijo que haría un nuevo pacto, es una profecía acerca de los tiempos del Nuevo Testamento. Dios reconoce a aquellos que tienen el nuevo pacto escrito en sus corazones, es decir, aquellos que guardan el nuevo pacto, que es la ley de Dios, como “mi pueblo”, y prometió ser su Dios.

Jesucristo estableció el nuevo pacto

 
La última cena, de Pascal-Adolphe-Jean Dagnan-Bouveret, 1896: La Pascua es la verdad central del nuevo pacto.

Fue Jesucristo quien estableció el nuevo pacto, del cual se profetizó en los tiempos del Antiguo Testamento que sería establecido por Jehová mismo. Jesús, Dios que vino en la carne para la salvación de la humanidad, proclamó el nuevo pacto en la Santa Cena de la Pascua.

“Y les dijo: ¡Cuánto he deseado comer con vosotros esta pascua antes que padezca! […] Y tomó el pan y dio gracias, y lo partió y les dio, diciendo: Esto es mi cuerpo, que por vosotros es dado; haced esto en memoria de mí. De igual manera, después que hubo cenado, tomó la copa, diciendo: Esta copa es el nuevo pacto en mi sangre, que por vosotros se derrama.”

- Lucas 22:15, 19-20

Jesús dijo que el vino de la Pascua, que representa su sangre, es el nuevo pacto. Esto significa que la verdad central del nuevo pacto que Jesús estableció es la Pascua del nuevo pacto. La razón por la que hizo que la Pascua fuera el núcleo del nuevo pacto es que contiene el sacrificio y el amor de Cristo.
En la Santa Cena de la Pascua, el día anterior a su crucifixión, Jesús prometió que el pan de la Pascua sería su carne a ser desgarrada en la cruz y que el vino de la Pascua sería su sangre a ser derramada en la cruz. A través de la Pascua, Dios nos hizo recordar el amor de Cristo, quien soportó el dolor de la muerte para perdonar nuestros pecados. Por ello, los apóstoles dijeron que proclamaban la muerte del Señor cada vez que guardaban la Pascua del nuevo pacto,[1] y la llamaban el “testamento” de Cristo.

“Así que, por eso [Cristo] es mediador de un nuevo pacto, para que interviniendo muerte para la remisión de las transgresiones que había bajo el primer pacto, los llamados reciban la promesa de la herencia eterna. Porque donde hay testamento, es necesario que intervenga muerte del testador. Porque el testamento con la muerte se confirma; pues no es válido entre tanto que el testador vive.”

- Hebreos 9:15-17

En la antigüedad, cuando Moisés predicó las leyes y los mandamientos de Dios al pueblo, prometieron obedecerlos todos. Después, Moisés roció la sangre del sacrificio y estableció un pacto (antiguo pacto) entre Dios y el pueblo.[2][3] Cuando se estableció el nuevo pacto, también se necesitaba el derramamiento de sangre. Jesucristo se convirtió en el rescate de la humanidad y derramó su sangre en la cruz.[4] Jesús cumplió el nuevo pacto, la promesa de salvación, a través de su muerte tal como está escrito: “El testamento con la muerte se confirma”.

El nuevo pacto fue establecido a través del sacrificio de Jesús. Por lo tanto, aquellos que guardan la Pascua del nuevo pacto y graban el amor y el sacrificio de Cristo en sus corazones se convierten en el pueblo de Dios que tiene el nuevo pacto escrito en sus corazones.

El antiguo pacto y el nuevo pacto

 
Moisés en el Monte Sinaí, de Jean-Léon Gérôme (1895-1900) El antiguo pacto declarado en el monte Sinaí es un pacto que Dios ordenó en la Tierra, pero el nuevo pacto es un pacto ordenado en el cielo.

Sombra y realidad

El nuevo pacto es la realidad del antiguo pacto, la ley de Moisés. El antiguo pacto fue establecido como copia y sombra del nuevo pacto que Cristo establecería. Por lo tanto, podemos conocer las reglas del nuevo pacto, que es la realidad, a través de la ley del antiguo pacto.

“Porque la ley, teniendo la sombra de los bienes venideros, no la imagen misma de las cosas, nunca puede, por los mismos sacrificios que se ofrecen continuamente cada año, hacer perfectos a los que se acercan.”

- Hebreos 10:1

En los tiempos del Antiguo Testamento, se sacrificaban animales como ovejas y cabras para el perdón de los israelitas. Esta es una copia y sombra del sacrificio de Cristo en la cruz, en rescate por los pecados de muchos.[4] Las fiestas del Antiguo Testamento, que eran sacrificios ofrecidos a Dios, también son una sombra de las fiestas del nuevo pacto, que conmemoran el sacrificio de Cristo.

El antiguo pacto se cumplió en el nuevo pacto

El nuevo pacto es el pacto perfecto, que Jesús cumplió cambiando la antigua ley.[5] Jesús dijo que Él no vino al mundo para abolir la ley, sino para cumplirla.

“No penséis que he venido para abrogar la ley o los profetas; no he venido para abrogar, sino para cumplir.”

- Mateo 5:17

El apóstol Pablo explicó que Jesús cumplió la profecía de Jeremías de que Dios haría un nuevo pacto, y dijo que el antiguo pacto desaparecería cuando se estableciera el nuevo pacto.

“Porque si aquel primero hubiera sido sin defecto, ciertamente no se hubiera procurado lugar para el segundo. Porque reprendiéndolos dice: He aquí vienen días, dice el Señor, en que estableceré con la casa de Israel y la casa de Judá un nuevo pacto […]. Por lo cual, este es el pacto que haré con la casa de Israel después de aquellos días, dice el Señor: Pondré mis leyes en la mente de ellos, y sobre su corazón las escribiré; y seré a ellos por Dios, y ellos me serán a mí por pueblo […]. Al decir: Nuevo pacto, ha dado por viejo al primero; y lo que se da por viejo y se envejece, está próximo a desaparecer.”

- Hebreos 8:7-10,13

El primer pacto, el antiguo pacto, tenía fallas. Esto significa que el hombre no puede ser completamente salvo a través de la ley de Moisés, el antiguo pacto. Por esa razón, Jesús estableció el nuevo pacto, la ley perfecta, para que la humanidad pudiera alcanzar la salvación completa. El apóstol Pablo se refirió al nuevo pacto como la ley de Cristo, es decir, la ley establecida por Jesús.[6]

El nuevo pacto establecido en Sion

 
El profeta Miqueas, de Hubert van Eyck: Miqueas profetizó que la ley de Dios saldría de Sion.

El antiguo pacto fue establecido por Dios en el monte Sinaí a través de Moisés[7][8] y fue guardado por los israelitas. El nuevo pacto se estableció en el monte Sion, donde se celebran las fiestas solemnes. Sion es la actual ciudad de Jerusalén y sus alrededores, pero espiritualmente Sion es una iglesia donde se celebran las fiestas del nuevo pacto.[9] Además, el nuevo pacto no solo es guardado por los israelitas, sino por muchas naciones. Los profetas profetizaron acerca de esto como sigue:

  • Isaías
“Acontecerá en lo postrero de los tiempos, que será confirmado el monte de la casa de Jehová como cabeza de los montes, y será exaltado sobre los collados, y correrán a él todas las naciones. Y vendrán muchos pueblos, y dirán: Venid, y subamos al monte de Jehová, a la casa del Dios de Jacob; y nos enseñará sus caminos, y caminaremos por sus sendas. Porque de Sion saldrá la ley, y de Jerusalén la palabra de Jehová.” (Isaías 2:2-3)
  • Miqueas
“Acontecerá en los postreros tiempos que el monte de la casa de Jehová será establecido por cabecera de montes, y más alto que los collados, y correrán a él los pueblos. Vendrán muchas naciones, y dirán: Venid, y subamos al monte de Jehová, y a la casa del Dios de Jacob; y nos enseñará en sus caminos, y andaremos por sus veredas; porque de Sion saldrá la ley, y de Jerusalén la palabra de Jehová.” (Miqueas 4:1-2)

Según estas profecías, Jesús estableció el nuevo pacto mientras celebraba la fiesta de la Pascua con sus discípulos.[10] A diferencia del antiguo pacto que fue establecido en el monte Sinaí con la voz majestuosa de Dios y el sonido de trompeta en medio de llamas de fuego, nube oscura, tinieblas y tempestad,[11] el nuevo pacto fue establecido silenciosamente en el aposento alto de Marcos durante la Santa Cena de la Pascua. Sin embargo, el apóstol Pablo dijo que el antiguo pacto declarado en el monte Sinaí se dijo en la tierra, y que el nuevo pacto declarado en el aposento alto de Marcos se dijo en el cielo.[12]

Las reglas del nuevo pacto

 
La última cena y La flagelación de Cristo, de Luca Signorelli (1512-1520) Las palabras de Jesús y los decretos que observó desde que se bautizó hasta que murió en la cruz son las normas del nuevo pacto que los santos deben seguir.

Con la venida de Jesús, cambió el orden de los sacerdotes, es decir, el sacerdocio, y también cambió la ley.[13] El sujeto de la ley renovada, es decir, del nuevo pacto, es Jesucristo. Las palabras que Jesús mismo enseñó durante tres años y los decretos que guardó como una lección para nosotros son lecciones importantes que los cristianos deben practicar. Debemos seguir las enseñanzas y las obras de los apóstoles, quienes fueron enseñados directamente por Jesús.[14][15][16]

Bautismo

El bautismo es la práctica de sumergirse en agua o mojar el cuerpo con agua para despojarse del cuerpo pecaminoso y renacer a una nueva vida y convertirse en cristiano.[17][18] En los tiempos del Antiguo Testamento, los israelitas fueron circuncidados como señal de conversión en el pueblo de Dios.[19] La circuncisión en el Antiguo Testamento se completó a través del bautismo en el Nuevo Testamento.[20]
Jesús bautizaba a la gente,[21] y les dijo a sus discípulos que bautizaran a todas las naciones.[22] El apóstol Pedro, quien fue enseñado directamente por Jesús, predicó a las personas que debían bautizarse y recibir el perdón de los pecados,[23] y el apóstol Pablo dijo que a través del bautismo se da una nueva vida.[24] Por lo tanto, el bautismo es una ley del nuevo pacto que los santos deben seguir para recibir la salvación en los tiempos del Nuevo Testamento.[25]

El Día de Reposo del nuevo pacto

En los tiempos del Antiguo Testamento, los sacerdotes sacrificaban corderos y derramaban su sangre en el Día de Reposo.[26] En los tiempos del Nuevo Testamento, Jesús apareció como la realidad de los corderos sacrificados,[27] y el sistema del Día de Reposo del nuevo pacto fue cambiado a la manera de adorar en espíritu y en verdad.[28]
En lugar de sacrificar corderos en el Día de Reposo, Jesús predicó las Escrituras, dando ejemplo de adoración en espíritu y en verdad.

“Vino a Nazaret, donde se había criado; y en el día de reposo entró en la sinagoga, conforme a su costumbre, y se levantó a leer.”

- Lucas 4:16

Después del tiempo de Jesús, los apóstoles también guardaron el Día de Reposo del nuevo pacto, siguiendo el ejemplo de Jesús.[29][30]

La Fiesta de los Tabernáculos del nuevo pacto

 
Cristo y la mujer samaritana en el pozo de Jacob, de Jan Joest van Calcar (1508) Jesús le prometió a la mujer samaritana que le daría aguas vivas.

Jesús prometió las bendiciones del Espíritu Santo como aguas vivas (el agua de la vida) mientras guardaba la Fiesta de los Tabernáculos.

“Estaba cerca la fiesta de los judíos, la de los tabernáculos; […] En el último y gran día de la fiesta, Jesús se puso en pie y alzó la voz, diciendo: Si alguno tiene sed, venga a mí y beba. El que cree en mí, como dice la Escritura, de su interior correrán ríos de agua viva. Esto dijo del Espíritu que habían de recibir los que creyesen en él […]”

- Juan 7:2, 37-39

La Fiesta de los Tabernáculos del Antiguo Testamento era una fiesta para conmemorar la construcción del tabernáculo; la celebraron construyendo tabernáculos con todo tipo de ramas y morando en ellos durante siete días.[31] La Fiesta de los Tabernáculos del nuevo pacto se celebra reuniendo a los santos, que se describen como los materiales del templo, después de recibir el Espíritu Santo que Jesús prometió dar.

La Pascua del nuevo pacto

La verdad central del nuevo pacto es la Pascua. En los tiempos del Antiguo Testamento, Dios les ordenó a los israelitas que celebraran la Pascua con la carne y la sangre de un cordero para liberarlos de la esclavitud de Egipto.[32] En los tiempos del Nuevo Testamento, Jesucristo dio el perdón de los pecados a la humanidad[33] al venir a este mundo como la realidad del cordero de la Pascua[34] y hacer que guardaran la Pascua con el pan y el vino que representan su carne y su sangre para liberarlos de la esclavitud de la muerte.[35] La Pascua del antiguo pacto, que se celebraba mediante el sacrificio de los corderos, se cumplió como la Pascua del nuevo pacto que se celebraba comiendo el pan y bebiendo el vino que contenían el sacrificio de Jesús.

El Día de Pentecostés del nuevo pacto

El Día de Pentecostés es el día en que descendió el Espíritu Santo, que Jesús prometió a los santos antes de su ascensión.[36] El Espíritu Santo, que fue derramado en el Día de Pentecostés, se convirtió en la fuerza impulsora detrás de la obra del evangelio de la Iglesia primitiva.

“Cuando llegó el día de Pentecostés, estaban todos unánimes juntos. […] Y fueron todos llenos del Espíritu Santo, y comenzaron a hablar en otras lenguas, según el Espíritu les daba que hablasen. […] Así que, los que recibieron su palabra fueron bautizados; y se añadieron aquel día como tres mil personas. […]

- Hechos 2:1-47


En el Antiguo Testamento, el Día de Pentecostés se llamaba Fiesta de las Semanas, y era una fiesta para conmemorar el día en que Moisés subió al monte Sinaí para recibir las tablas de piedra de los diez mandamientos.[37] Cuando Jesús derramó el Espíritu Santo desde el cielo en este día, se completó el Día de Pentecostés del nuevo pacto.

Comparación entre el antiguo pacto y el nuevo pacto

Antiguo pacto Nuevo pacto
Declarado en el monte Sinaí[38] Declarado en el monte de Sion[39]
Sacerdocio: Orden de Aarón Sacerdocio: Orden de Melquisedec[40]
Pacto ordenado en la tierra Pacto ordenado en el cielo[41]

Pascua Se guardaba sacrificando corderos[42]
Fiesta de los Panes sin Levadura Se guardaba comiendo panes sin levadura por siete días[43]
Fiesta de las Primicias Se guardaba ofreciendo los primeros frutos meciéndolos[44]
Fiesta de las Semanas Se guardaba ofreciendo los nuevos granos[45]
Fiesta de las Trompetas Semana de oración[46]
Día de Expiación Oración con un corazón contrito[47]
Fiesta de los Tabernáculos Asamblea por siete días[48]

Pascua Se guarda con pan y vino[10]
Fiesta de los Panes sin Levadura Fiesta de aflicción guardada con ayuno[49]
Día de Resurrección Resurrección de Jesús[50]
Día de Pentecostés Día del descenso del Espíritu Santo[51]
Fiesta de las Trompetas Semana de oración
Día de Expiación Oración con un corazón contrito
Fiesta de los Tabernáculos Festival de Predicación por siete días[52]

El nuevo pacto y el mandamiento nuevo

 
Cristo en la cruz, de Eugène Delacroix (1846) El pan y el vino de la Pascua del nuevo pacto representan la carne y la sangre de Jesús, que se desgarró y derramó en la cruz.

En el Evangelio de Lucas capítulo 22, Jesús dijo que estaba estableciendo el “nuevo pacto”, y en el Evangelio de Juan capítulo 13, Jesús dijo que estaba dando un “mandamiento nuevo”.

“Un mandamiento nuevo os doy: Que os améis unos a otros; como yo os he amado, que también os améis unos a otros.”

- Juan 13:34

El lugar donde Jesús estableció el “nuevo pacto” fue el lugar de la ceremonia de la Santa Cena de la Pascua.[53] El lugar donde Jesús dio el “mandamiento nuevo” también fue el lugar de la ceremonia de la Santa Cena de la Pascua.[54] En otras palabras, se dieron al mismo tiempo en el mismo lugar. Aunque esos dos registros se refieren a la misma situación, no hay registro del “mandamiento nuevo” en el Evangelio de Lucas, y no hay registro del “nuevo pacto” en el Evangelio de Juan. Es porque el nuevo pacto y el mandamiento nuevo son fundamentalmente lo mismo. En la Biblia, mandamiento y pacto son esencialmente lo mismo. Dios llamó a los diez mandamientos, que fueron dados a Moisés, el “pacto”.[55]
Cuando entendemos el principio del amor contenido en la Pascua del nuevo pacto, podemos entender que el nuevo pacto y el mandamiento nuevo son lo mismo. La Santa Cena de la Pascua es una ceremonia que nos permite comprender el amor de Cristo que se sacrificó en la cruz, comiendo el pan y el vino, que representan la carne y la sangre de Jesús. Además, la Pascua hace que los santos se hagan un solo cuerpo con Jesús haciéndoles participar de su carne y su sangre,[56] para que puedan amarse unos a otros como a sí mismos. Al guardar la Pascua, podemos comprender el amor y el sacrificio de Cristo y amar plenamente a los hermanos; este es el principio del amor contenido en la Pascua del nuevo pacto. Por lo tanto, el nuevo pacto que nos permite llegar a ser un solo cuerpo en Cristo a través del pan y el vino de la Pascua y el “mandamiento nuevo” que nos ordena amarnos los unos a los otros son fundamentalmente lo mismo.

El nuevo pacto y el evangelio

Evangelio significa “buenas nuevas”. En el Nuevo Testamento, significa el evangelio del reino que Jesús predicó durante unos tres años después de bautizarse hasta que murió en la cruz.[57] Este evangelio es específicamente el nuevo pacto. El apóstol Pablo dijo que era “ministro del evangelio” que predicaba el evangelio, y también dijo que era “ministro del nuevo pacto”.[58][59] Esto se debe a que el evangelio y el nuevo pacto tienen el mismo significado. El bautismo, el Día de Reposo, la Pascua y las siete fiestas de tres tiempos, que Jesús enseñó y guardó, son las verdades del nuevo pacto y el evangelio que conduce a la humanidad al reino de los cielos.

Vídeos relacionados

  • Sermón: El nuevo pacto grabado en nuestro corazón

  • Sermón: Los que guardan el nuevo pacto

Véase también

Enlaces externos

Referencias

  1. «1 Corintios 11:23-26». 
  2. «Éxodo 24:8». 
  3. «Hebreos 9:18-22». 
  4. 4,0 4,1 Mateo 20:28
  5. «Hebreos 7:12». 
  6. «1 Corintios 9:20-21». 
  7. Nehemías 9:13-14
  8. «Éxodo 20:1-17». 
  9. «Isaías 33:20-22». 
  10. 10,0 10,1 Lucas 22:15, 19-20
  11. «Éxodo 24:12-18». 
  12. Hebreos 12:25
  13. «Hebreos 7:12». 
  14. «Juan 13:15». 
  15. «Mateo 28:20». 
  16. «Filipenses 4:9». 
  17. «Colosenses 2:12». 
  18. «1 Pedro 3:21». 
  19. «Génesis 17:10-14». 
  20. «Colosenses 2:11-12». 
  21. «Juan 3:22». 
  22. «Mateo 28:19». 
  23. «Hechos 2:38». 
  24. «Romanos 6:3-4». 
  25. «Marcos 16:16». 
  26. «Números 28:9-10». 
  27. «Juan 1:29». 
  28. «Juan 4:24». 
  29. «Hechos 17:2». 
  30. «Hechos 18:4». 
  31. «Levítico 23:34-43». 
  32. «Éxodo 12:5-33». 
  33. «Romanos 6:16-23». 
  34. «1 Corintios 5:7-8». 
  35. Mateo 26:19, 26-28
  36. «Hechos 1:4-9». 
  37. «Éxodo 24:12-18». 
  38. «Nehemías 9:13-14». 
  39. «Miqueas 4:1-2». 
  40. «Hebreos 7:11-12». 
  41. «Hebreos 12:25». 
  42. «Éxodo 12:5-11». 
  43. «Éxodo 12:15». 
  44. «Levítico 23:10-11». 
  45. «Levítico 23:15-17». 
  46. «Levítico 23:24». 
  47. «Levítico 23:27-28». 
  48. «Levítico 23:34». 
  49. «Mateo 9:15». 
  50. «1 Corintios 15:20». 
  51. «Hechos 2:1-4». 
  52. «Juan 7:2, 37-39». 
  53. «Lucas 22:20-34». 
  54. «Juan 13:34-38». 
  55. «Éxodo 34:28». 
  56. «1 Corintios 10:16-17». 
  57. «Mateo 4:23». 
  58. «Colosenses 1:23». 
  59. «2 Corintios 3:6».