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Elías | ||
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Periodo | Época de los reyes Acab y Ocozías de Israel en el norte | |
Familia | Desconocido | |
Lugar de nacimiento | Tisbe, Galaad | |
Ocupación (funciones) | Profeta |
Elías (hebreo: אֵלִיָּה)[1] fue un profeta de Dios que hizo su obra en Israel en el norte alrededor del siglo ix a. C. (durante la época en que Israel estaba dividido). El nombre Elías significa “mi Dios es Jehová”; “Eli” significa “mi Dios” y “Jah” significa Jehová.
Introducción
Acerca de Elías
Elías vivió durante el reinado de Acab, el séptimo rey de Israel en el norte, y llevó a cabo su obra hasta la época del rey Ocozías. Como profeta, proclamó la palabra de Dios e hizo muchos milagros por el poder de Dios.
Llevaba un vestido de pelo y un cinturón de cuero.[2] Se presume que vivió en Tisbe de Galaad, región ubicada al oriente del Jordán. Se asume que vivió allí porque en la Biblia se le llama tisbita y no hay otra información sobre sus padres o tribu.[3] Este fue un caso muy inusual porque, en el Antiguo Testamento, a las personas siempre se les mencionaba junto con sus padres y tribus.
El mayor logro de Elías fue cuando enfrentó a ochocientos cincuenta profetas de Baal y Asera en el monte Carmelo, mediante lo cual reveló al pueblo de Israel que Jehová era el Dios verdadero. En el libro de 2 Reyes del Antiguo Testamento está escrito que ascendió al cielo en un torbellino.[4]
Antecedentes históricos
En aquel entonces, el rey Acab de Israel en el norte se casó con Jezabel, hija de Et-baal rey de los sidonios, y adoptó la adoración a Baal. Edificó el templo de Baal en Samaria, y también hizo imágenes de Asera, haciendo que no solo él, sino todo el pueblo de Israel adorara ídolos. Las malas acciones de Acab, que fueron más severas que las de cualquier otro rey, provocaron la ira de Dios.[5]
Jezabel, que era una princesa de Sidón y adoradora de Baal, incitó a Acab a adorar a Baal después de convertirse en reina de Israel en el norte, y llevó al pueblo a adorar ídolos de las naciones gentiles. Además, no solo mató a los profetas de Dios, sino que incluso trató de matar a Elías sin arrepentirse de su pecado, a pesar de que en el monte Carmelo se le había revelado que Jehová Dios era el único Dios verdadero. Tampoco dudó en cometer el acto malvado de acusar con falsedad a Nabot, que intentaba seguir su voluntad correctamente, y lo mató y se apoderó de todas sus propiedades.
La obra de Elías
Profetizó una gran sequía
Elías se presentó ante el rey Acab y le declaró que no habría lluvia ni rocío en los próximos años, sino en su palabra. Después de esto, comenzó una severa sequía en Israel.
En obediencia a la palabra de Dios, Elías se escondió en el arroyo de Querit, frente al Jordán. Todos los días, Dios enviaba cuervos para que le llevaran pan y carne para comer.[6] Algún tiempo después, cuando el arroyo se secó, Dios lo envió a una viuda en Sarepta de Sidón.[7]
Resucitó a un niño muerto
Cuando Elías llegó a la puerta de la ciudad de Sarepta, se encontró con una viuda recogiendo leña. Aunque solo tenía un puñado de harina y un poco de aceite, le sirvió primero a Elías una pequeña torta cocida. Como resultado, recibió la bendición de que su tinaja de harina nunca escaseó y la jarra de aceite nunca menguó hasta que terminó la sequía.[8]
Después, el hijo de la viuda murió por una enfermedad. Elías rogó a Dios: “Te ruego que hagas volver el alma de este niño a él”. Después de decir esto, ocurrió un milagro: el alma del niño volvió a él y revivió.[9]
El enfrentamiento en el monte Carmelo
En el tercer año de la sequía, Dios le dijo a Elías que fuera y se presentara ante el rey Acab. Cuando la sequía en Samaria se hizo severa, Acab llamó a Abdías su mayordomo, dividió la tierra que debían cubrir y partió en busca de agua. Abdías era un hombre justo que escondió a cien profetas y les suministró comida y agua mientras Jezabel mataba a los profetas de Dios. Se encontró con Elías y le informó a Acab que lo había visto tal como Elías le había indicado. El rey Acab fue a encontrarse con Elías, quien luego le dijo al rey que Israel estaba preocupado porque había abandonado los mandamientos de Dios y había seguido a los baales. Elías también le dijo a Acab que convocara a los cuatrocientos cincuenta profetas de Baal y a los cuatrocientos profetas de Asera en Israel, para determinar quién era el Dios verdadero.[10]
Cuando muchas personas y falsos profetas se reunieron en el monte Carmelo, Elías sugirió que los falsos profetas ofrecieran un sacrificio en el nombre de Baal y que él ofrecería un sacrificio en el nombre de Jehová para determinar quién era el Dios verdadero según cuál respondiera con fuego. El pueblo también apoyó la propuesta, considerándola una buena idea.[11]
El enfrentamiento comenzó con los adoradores de Baal que tomaron un buey, lo colocaron sobre el altar e invocaron el nombre de Baal desde la mañana hasta el mediodía. Ellos gritaban: “¡Baal, respóndenos!”. Saltaban y gritaban más fuerte alrededor del altar. Ellos seguían gritando y sajándose con cuchillos y lancetas según su costumbre, hasta chorrear la sangre. Sin embargo, no recibieron ninguna respuesta al final.[12]
Luego Elías pidió al pueblo que se acercara y observara. Edificó un altar a Dios y cavó una zanja alrededor de este. Preparó la leña, puso el buey sobre el altar y derramó agua sobre la ofrenda y la leña. En la hora de ofrecerse el holocausto, Elías se acercó y oró:
“Respóndeme, Jehová, respóndeme, para que conozca este pueblo que tú, oh Jehová, eres el Dios, y que tú vuelves a ti el corazón de ellos.”
Después que dijera esto, cayó fuego de Jehová y consumió el holocausto, la leña y hasta las piedras y el polvo, y aun lamió el agua que estaba en la zanja. Cuando todo el pueblo vio esto, se postraron y dijeron: “¡Jehová es el Dios, Jehová es el Dios!”. Elías les ordenó prender a los profetas de Baal sin que ninguno escapara. Los tomaron y los llevaron al arroyo de Cisón, y allí los degollaron.[13]
Entonces Elías subió a la cumbre del Carmelo, se arrodilló y oró fervientemente. Poco después, los cielos se oscurecieron con nubes y viento, y hubo una gran lluvia.[14] Fue la primera vez que llovió en tres años y medio.[15][16]
Huyó al monte Horeb
Al escuchar la noticia de que Elías había matado a los profetas de Baal, la reina Jezabel se enfureció y ordenó que mataran a Elías.[17] Al enterarse de esto, Elías viajó durante cuarenta días y cuarenta noches hasta llegar al monte Horeb. Entró en una cueva y suplicó a Dios: “Oh Jehová, los hijos de Israel han dejado tu pacto, han derribado tus altares, y han matado a espada a tus profetas; y solo yo he quedado”. Dios, sin embargo, lo animó y le dijo que había reservado siete mil en Israel, cuyas rodillas no se habían doblado ante Baal.[18] También le ordenó ungir a Jehú como rey sobre Israel y ungir a Eliseo para sucederlo como profeta.
Nombró a Eliseo
Siguiendo el mandato de Dios, Elías salió del monte Horeb y encontró a Eliseo. Eliseo era agricultor y estaba arando el campo cuando Elías lo encontró. Elías compartió con Eliseo la voluntad de Dios de que él se convirtiera en profeta. Al oír esto, Eliseo inmediatamente tomó un par de bueyes y los mató, y con el arado de los bueyes coció la carne, y la dio al pueblo. Después se levantó y fue tras Elías.[19]
Acab es reprendido por tomar la viña de Nabot
Un hombre llamado Nabot vivía en Jezreel y era dueño de una viña junto al palacio del rey Acab. Un día, el rey Acab le propuso a Nabot que le vendiera la viña para convertirla en un huerto de legumbres. Nabot, sin embargo, se negó a venderla, diciendo que Dios le prohibía dar su heredad. Esto enfureció mucho a Acab. Jezabel, al enterarse de la situación, escribió una carta a los ancianos y a los principales que moraban en la ciudad con Nabot.
Los ancianos de la ciudad, al recibir las cartas, siguiendo la conspiración de Jezabel, pusieron a Nabot delante del pueblo y luego hicieron que dos hombres perversos atestiguaran que Nabot había blasfemado de Dios y del rey. El pueblo llevó a Nabot fuera de la ciudad y lo apedrearon hasta matarlo.
Al enterarse Acab de que Nabot había muerto, fue y tomó posesión de su viña. Elías esperó junto a la viña y reprendió a Acab y a Jezabel por sus pecados, y profetizó que serían maldecidos por Dios y sufrirían una muerte miserable(1 Reyes 21).
Poco después, el rey Acab fue herido por una flecha mientras luchaba en una batalla y murió. Los hombres de Acab lavaron su carro manchado de sangre en un estanque en Samaria, donde vinieron los perros y lamieron su sangre.[20] Más tarde, Jezabel también tuvo un final terrible cuando fue arrojada por una ventana y pisoteada, hasta el punto de que ni siquiera se pudo encontrar su cuerpo.[21]
Ocozías fue reprendido
Ocozías, hijo de Acab, llegó a ser rey después de la muerte de su padre y reinó dos años. Durante ese tiempo, despertó la ira de Dios porque hizo lo malo ante los ojos de Dios al adorar a Baal. Un día, Ocozías se cayó por la ventana de una sala de su casa y quedó mal herido. Envió a sus mensajeros a consultar a Baal-zebub, dios de Ecrón, para ver si se recuperaría de sus heridas; sin embargo, un profeta con un vestido de pelo y ceñido con un cinturón de cuero les cerró el paso. El profeta informó a los mensajeros que le dijeran al rey que, por no consultar a Dios y en cambio ir a preguntar al dios Baal-zebub de Ecrón, de cierto moriría. Luego, se fue. Cuando Ocozías escuchó esto de los mensajeros, les preguntó qué clase de hombre era. Cuando describieron su apariencia, inmediatamente supo que era Elías. El rey envió a un capitán con su compañía de cincuenta hombres a Elías, pero cayó fuego del cielo y consumió al capitán y a sus hombres. Ante esto, el rey envió a otro capitán con sus cincuenta hombres a Elías, pero el fuego de Dios los consumió como lo hizo con la anterior compañía. Entonces el rey envió un tercer capitán con sus cincuenta hombres; sin embargo, pudieron evitar la muerte porque el capitán cayó de rodillas ante Elías y le suplicó que le perdonara la vida a él y a sus hombres. Después de esto, Elías se levantó y descendió con él al rey, y profetizó que el rey moriría. Como dijo Dios a través de Elías, el rey Ocozías murió y Joram, su hermano, lo sucedió como rey (2 Reyes 1).
Ascendió al cielo
Eliseo siguió a Elías hasta el final. Antes de que Elías ascendiera, Eliseo le pidió lo siguiente: “Te ruego que una doble porción de tu espíritu sea sobre mí”.[22] De repente, apareció un carro de fuego con caballos de fuego y apartó a los dos, y Elías subió al cielo en un torbellino. Después de que esto sucediera, se le encomendó a Eliseo la misión de iluminar Israel en el norte.
Elías ha de aparecer en los tiempos del Nuevo Testamento
El profeta Malaquías profetizó que Dios vendría a esta tierra y que el profeta Elías vendría primero para prepararle el camino.
“He aquí, yo envío mi mensajero, el cual preparará el camino delante de mí; y vendrá súbitamente a su templo el Señor a quien vosotros buscáis, y el ángel del pacto, a quien deseáis vosotros. He aquí viene, ha dicho Jehová de los ejércitos.”
“Porque he aquí, viene el día ardiente como un horno […]. He aquí, yo os envío el profeta Elías, antes que venga el día de Jehová, grande y terrible. Él hará volver el corazón de los padres hacia los hijos, y el corazón de los hijos hacia los padres, no sea que yo venga y hiera la tierra con maldición.”
La relación entre Elías y Juan el Bautista
La profecía de Elías se cumplió principalmente con Juan el Bautista.[23][24] Según la profecía del libro de Malaquías: “Mi mensajero preparará el camino delante de mí”, Juan el Bautista realizó por primera vez bautismos de arrepentimiento y preparó el camino para Jesucristo antes de que comenzara a predicar el evangelio.[25] Además, cuando Jesús acudió a él para bautizarse, vio la obra del Espíritu Santo y testificó que Jesús era el Cristo.[26] Llevaba ropa de pelo de camello y un cinto de cuero alrededor de sus lomos al igual que Elías en los tiempos del Antiguo Testamento.[27]
El pleno cumplimiento de la profecía sobre Elías
Aunque Juan el Bautista vino a cumplir la misión de Elías, no cumplió del todo la profecía.
- El libro de Malaquías profetizó que Elías aparecería antes de que llegara el día ardiente como un horno que destruiría a todos los malvados. Esto significa que Elías debería aparecer antes del día del juicio grande y terrible. Juan el Bautista, sin embargo, apareció hace unos dos mil años.
- También está escrito en la Biblia que debemos recordar las ordenanzas y leyes que Dios le dio a Moisés en Horeb cuando Elías aparezca; sin embargo, en ninguna parte de los cuatro Evangelios hay una evidencia de que Juan el Bautista enfatizara las ordenanzas y leyes establecidas en los días de Moisés. En cambio, realizó bautismos de arrepentimiento, lo cual no estaba en la ley de Moisés.
Esto significa que la profecía sobre Elías en Malaquías 4 no se cumplió en su totalidad hace dos mil años, sino que su pleno cumplimiento tendrá lugar cuando el juicio final esté cerca. En los tiempos del Antiguo Testamento, Elías se enfrentó solo a los adoradores de Baal en Israel, donde prevalecía la adoración a Baal, para poder volver los corazones del pueblo a Dios. De manera similar, Elías aparecerá en los últimos días para hacer volver los corazones de los santos hacia Dios y restaurar la verdad del nuevo pacto al enfrentarse solo a los falsos profetas en el mundo lleno de costumbres de la adoración al dios sol.
Véase también
Referencias
- ↑ «Strong's #452 - אֵלִיָּהוּ». Old Testament Hebrew Lexical Dictionary, StudyLight.org.
- ↑ «2 Reyes 1:8».
- ↑ «1 Reyes 17:1».
- ↑ «2 Reyes 2:1–12».
- ↑ «1 Reyes 16:29–33».
- ↑ «1 Reyes 17:2–7».
- ↑ «Lucas 4:26».
- ↑ «1 Reyes 17:8–16».
- ↑ «1 Reyes 17:17–24».
- ↑ «1 Reyes 18:1–19».
- ↑ «1 Reyes 18:20–24».
- ↑ «1 Reyes 18:25–29».
- ↑ «1 Reyes 18:38–40».
- ↑ «1 Reyes 18:41–45».
- ↑ «Lucas 4:25».
- ↑ «Santiago 5:17–18».
- ↑ «1 Reyes 19:1–2».
- ↑ «1 Reyes 19:8–18».
- ↑ «1 Reyes 19:19–21».
- ↑ «1 Reyes 22:29–38».
- ↑ «2 Reyes 9:30–37».
- ↑ «2 Reyes 2:8–11».
- ↑ «Mateo 11:13–14».
- ↑ «Mateo 17:9–13».
- ↑ «Mateo 3:11».
- ↑ «Juan 1:23, 29-34».
- ↑ «Marcos 1:6–7».