Dios Madre

La Biblia da testimonio de Dios Padre y Dios Madre.
La Biblia da testimonio de Dios Padre y Dios Madre.

Dios Madre es el Dios de imagen femenina. También es llamada la Madre celestial o la Madre espiritual. La mayoría de las personas piensan que solo existe un Dios, el Padre. Sin embargo, desde el primer capítulo de Génesis hasta el último capítulo de Apocalipsis, la Biblia da testimonio de las dos imágenes de Dios: masculina y femenina. La Biblia testifica que el Dios de imagen masculina es nuestro Padre que está en los cielos,[1] y también sobre Dios Madre, diciendo: “La Jerusalén de arriba, la cual es madre de todos nosotros, es libre”.[2] Según los testimonios de la Biblia, la Iglesia de Dios Sociedad Misionera Mundial cree en Dios Padre y también en Dios Madre.[3]

Elohim y Dios Madre

 
Elohim, una palabra hebrea

La existencia de Dios Madre se encuentra desde el capítulo 1 del libro de Génesis. El primer capítulo de la Biblia comienza con: “En el principio creó Dios los cielos y la tierra”. La Biblia, que fue escrita por primera vez en hebreo, registra Elohim como Dios en este versículo.[4] Elohim (אֱלֹהִים) es un término plural del sustantivo singular Eloah (אֱלוֹהַּ) que significa Dios (dios) o deidad. El sufijo plural -im (ים ) lo convierte en un sustantivo plural que significa Dioses (dioses) or deidades. La palabra Elohim se escribió más de 2500 veces en el Antiguo Testamento. No es una coincidencia ni error ortográfico que Dios sea descrito como el sustantivo plural Elohim. El Creador es Dioses, no un Dios.

Varón y hembra fueron creados a imagen de Dios

 
La creación de Eva, de Gustave Doré

La razón por la cual Dios el Creador fue escrito como el sustantivo plural Elohim se encuentra en Génesis 1:26-28.

Entonces dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza […]. Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó.

- Génesis 1:26-28

Cuando Dios creó al hombre, dijo: “Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza”, y creó dos personas, al hombre y a la mujer. Si solo existiera Dios Padre, los seres humanos creados a imagen de Dios deberían ser solo varones. La creación de los seres humanos en dos imágenes, varón y hembra, según la imagen de Dios, claramente prueba que existen la imagen masculina y la imagen femenina de Dios. Las palabras en plural “hagamos” y “nuestra”, usadas para referirse a Dios en lugar de “haré” o “mi”, también testifican que Dios el Creador no es solo uno sino dos.

Dios Madre testificada en toda la creación

La Biblia testifica que el invisible poder y la deidad de Dios se hacen claramente visibles en todas las criaturas, y que las personas las entienden por medio de las cosas hechas.[5][6] Todos los seres vivientes de este mundo tienen algo en común, tienen un padre y una madre, y reciben la vida a través de su madre. Dios el Creador creó a los seres vivientes mediante esta providencia con el fin de revelar la existencia de Dios Madre, quien nos da la vida eterna.

El Padre celestial y la Madre celestial

Dios dio testimonio directamente en la Biblia de Dios Padre y Dios Madre.

“Vosotros, pues, oraréis así: Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre.”

- Mateo 6:9

“Mas la Jerusalén de arriba, la cual es madre de todos nosotros, es libre.”

- Gálatas 4:26

De las palabras “Padre nuestro” y “Madre de todos nosotros”, aquí “nosotros” se refiere a los hijos de Dios que serán salvos. Los hijos de Dios que serán salvos tienen al Padre celestial y a la Madre celestial.[7]

El Espíritu y la Esposa

En Apocalipsis 22:17, el último capítulo de la Biblia, está escrito que el Espíritu y la Esposa dan el agua de la vida. La Biblia dice que solo Dios puede dar el agua de la vida.[8] Desde el punto de vista de la Trinidad, el Espíritu se refiere a Dios Padre, y es uno con Dios Padre Jehová y Dios Hijo Jesús. El apóstol Juan dijo que la Esposa que da el agua de la vida junto con el Espíritu es la esposa del Cordero. Como el Cordero es Jesucristo, la esposa del Cordero es la esposa de Dios Padre. El apóstol Juan describió a la Esposa del Cordero como la ciudad santa de Jerusalén, que descendía del cielo.[9] Asimismo, el apóstol Pablo testificó que “la Jerusalén de arriba, la cual es madre de todos nosotros, es libre”.[2] Por lo tanto, la profecía de que el Espíritu y la Esposa darán el agua de la vida significa que Dios Padre y Dios Madre darán el agua de la vida a toda la humanidad sedienta.

La familia celestial y Dios Madre

 
También existe la familia celestial en el cielo, que está formada por un padre, una madre y los hijos.

La Biblia nos dice que Dios es el Padre[1] y la Madre de nuestros espíritus,[2] y nosotros somos los hijos de Dios.[10] Padre, madre e hijos son títulos usados en el hogar. Los títulos de Padre celestial, Madre celestial e hijos de Dios prueban que en el cielo existe una familia espiritual, una comunidad de amor eterno, así como en esta tierra existe una familia, una comunidad de amor. Así como los miembros de la familia terrenal están relacionados por sangre, los miembros de la familia celestial también están relacionados por la sangre de Dios a través de la Pascua.

Dios Madre en el banquete de bodas celestial

Jesucristo dio a entender la existencia de Dios Madre a través de la parábola del banquete de bodas, hace unos dos mil años. Comparó el reino de los cielos con el banquete de bodas, en Mateo 22.[11] En la parábola, el rey que preparó un banquete de bodas para su hijo representa a Dios, y el novio representa a Jesús, que vino como el Hijo. Los convidados, que son invitados al banquete de bodas, representan a los santos, que son llamados por Dios. Un banquete de bodas no puede celebrarse solo con el novio y los invitados. Para que se celebre un banquete de bodas, la novia debe estar presente. Sin embargo, hace dos mil años, la novia no apareció. En la parábola del banquete de bodas dicha por Jesús, estaban el novio y los invitados, pero no la novia. Como el reino de los cielos es semejante a un banquete de bodas, la novia debe aparecer a su debido tiempo. El apóstol Juan vio una revelación de la novia, apareciendo a su debido tiempo, y lo escribió en el libro de Apocalipsis.

“porque han llegado las bodas del Cordero, y su esposa se ha preparado. […] Bienaventurados los que son llamados a la cena de las bodas del Cordero.”

- Apocalipsis 19:6-9

Finalmente, todos los participantes del banquete de bodas: el novio, la novia y los invitados, aparecen en Apocalipsis 19. En Apocalipsis 21, la desposada, la esposa del Cordero, es llamada la ciudad santa de Jerusalén que descendía del cielo.[9] El Cordero no es un cordero real, sino que representa a Jesucristo. Del mismo modo, la Jerusalén que descendía del cielo representa a la Esposa. La realidad de la Esposa, representada como la Jerusalén celestial, se encuentra en el libro de Gálatas.

“Mas la Jerusalén de arriba, la cual es madre de todos nosotros, es libre.”

- Gálatas 4:26

El Esposo del banquete de bodas celestial es el Cordero, nuestro Padre, y la Esposa, la Jerusalén celestial, es nuestra Madre. Como la Biblia dice que el reino de los cielos es semejante a un banquete de bodas y que los invitados son los bienaventurados, los que conocen este secreto y reciben al Padre celestial y a la Madre celestial pueden asistir al banquete de bodas celestial y recibir la bendición de la salvación.

El resto de la descendencia de la mujer

La Biblia profetiza que en el último día el dragón (el diablo)[12] hará guerra espiritual contra el resto de la descendencia de la mujer.[13] El secreto sobre la mujer y su descendencia, que luchan contra el dragón, se encuentra en el huerto del Edén en el libro de Génesis.

“Y pondré enemistad entre ti y la mujer, y entre tu simiente y la simiente suya; ésta te herirá en la cabeza, y tú le herirás en el calcañar.”

- Génesis 3:15

En Génesis 3, está escrito que la serpiente y la mujer llegarían a ser enemigas, y en Apocalipsis 12, está escrito que la serpiente antigua llamada diablo hará guerra contra el resto de la descendencia de la mujer. Por lo tanto, la mujer que peleará contra el dragón corresponde a Eva, la esposa de Adán, según Génesis 3. Como Apocalipsis 12 es una profecía sobre lo que sucederá en los últimos días después de la edad oscura, la mujer en Apocalipsis 12 no es Eva, que fue expulsada del Edén.

El apóstol Pablo testificó que, así como existe el primer hombre, Adán, existe el postrer Adán.[14] Así como existe el postrer Adán, la realidad del primer hombre Adán, también debe existir la postrera Eva, la realidad de Eva, la esposa del primer hombre Adán. El postrer Adán y la postrera Eva se describen como el Cordero y su Esposa en Apocalipsis 19,[15] y el Espíritu y la Esposa que dan el agua de la vida en el capítulo 22.[16] Como el postrer Adán es Cristo en su segunda venida, el Padre espiritual[17] en las profecías del libro de Apocalipsis, la postrera Eva, su esposa, es la Madre espiritual. Los que se ponen del lado de Dios y ganan la guerra espiritual contra Satanás en los últimos días y entran en el reino de los cielos son el resto de la descendencia de la mujer, es decir, los hijos de la Madre celestial.

En el libro de Génesis, Adán llamó a su esposa Eva, y ella era la madre de todos los vivientes.[18] El nombre Eva significa vida. Dios el Creador hizo que todos los seres vivientes nacieran recibiendo la vida de sus madres, lo cual muestra que la salvación de Dios para los vivos se completará cuando los que han de ser salvos reciban la vida eterna de Dios Madre.

Dios Madre de amor

El amor de la Madre por sus hijos

 

Hay un proverbio judío: “Dios no podía estar en todas partes, y por eso hizo a las madres”. No quiere decir que Dios hizo a las madres porque no tenía la capacidad de ser omnipresente, sino significa que el amor de la madre por sus hijos es tan infinito que puede ejercer su poder sobrehumano por sus hijos como Dios.

En La historia de una madre de Hans Christian Andersen, la madre derrama su sangre tras aceptar la petición del zarzal de abrazarlo, para encontrar a su hijo perdido. Ella también cambia su cabello fino por el cabello gris de la anciana. Incluso entrega sus ojos al dios del lago. Nadie pensaría que el amor de una madre fuera descrito de forma exagerada en esa historia. Es porque todos saben y están de acuerdo en que una madre ofrece gratuitamente su amor por sus hijos.

Las madres solo se preocupan por sus hijos incluso en situaciones extremas. Esto sucede en todas las épocas y en todos los países del mundo. Cuando ocurrió un terremoto de magnitud 7,0 en el centro de Armenia, en diciembre de 1988,[19] una madre llamada Susanna Petrosyan quedó atrapada en el edificio derrumbado con su hija de cuatro años. Susanna se pinchó el dedo con un trozo de vidrio y le dio su sangre a su hija sedienta. La pequeña pudo soportar el frío y el hambre gracias al amor de su madre, y ambas fueron rescatadas dramáticamente. Susanna dijo en una entrevista: “Pensé que iba a morir, pero quería que mi hija sobreviviera”.[20]

En el terremoto de 2008 en Sichuan, China,[21] se encontró a una madre en un montón de tierra, abrazando fuertemente a su hijo.[22] Cuando comenzó un incendio en un edificio de apartamentos en Corea del Sur, una madre bloqueó el fuego con todo su cuerpo hasta la muerte para salvar a su hijo de cinco años.[23] Por lo general, las personas instintivamente se protegen primero cuando se encuentran en peligro. Sin embargo, las madres ponen la seguridad de sus hijos antes que la de ellas. Incluso después de dar a luz a sus hijos, las madres no escatiman su única vida por sus hijos. El amor más grande que tiene el ser humano es el amor de la madre por sus hijos.

El amor de Dios Madre hacia toda la humanidad

Nos emocionamos y se nos hace un nudo en la garganta con tan solo mencionar la palabra “madre”. Esto se debe a su amor sacrificado por nosotros. Todas las cosas fueron creadas por la voluntad de Dios,[24][6] y las cosas terrenales son una figura y sombra que nos hace darnos cuenta de las cosas celestiales.[25] El gran amor de las madres humanas por sus hijos nos permite comprender el amor de Dios Madre por toda la humanidad.

El nuevo pacto enfatiza que Dios es amor.[26][27] No es hasta que nos damos cuenta del gran amor de Dios Padre y Dios Madre, quienes no escatiman sacrificios y amor por sus hijos, que podemos comprender completamente el nuevo pacto. Así como los hijos no pueden amar primero a sus padres, nosotros no podemos amar primero a Dios; Él siempre nos ha amado primero.[28] Dios nos ha amado constantemente y nos ha cuidado como a la niña de sus ojos, incluso cuando no lo conocíamos. El amor de Dios no se detuvo ni siquiera cuando sus hijos descendieron a esta tierra después de haber pecado en el cielo. La Biblia profetiza que la Esposa, que es representada como la Jerusalén celestial,[29][9] dará el agua de la vida y que sus hijos serán consolados en Ella.

“Alegraos con Jerusalén, y gozaos con ella, todos los que la amáis; llenaos con ella de gozo, todos los que os enlutáis por ella; para que maméis y os saciéis de los pechos de sus consolaciones; para que bebáis, y os deleitéis con el resplandor de su gloria. Porque así dice Jehová: He aquí que yo extiendo sobre ella paz como un río, y la gloria de las naciones como torrente que se desborda; y mamaréis, y en los brazos seréis traídos, y sobre las rodillas seréis mimados. Como aquel a quien consuela su madre, así os consolaré yo a vosotros, y en Jerusalén tomaréis consuelo.”

- Isaías 66:10-13

Dios Madre, que vino a esta tierra según la profecía, da vida eterna a sus hijos que se arrepienten y regresan a Ella. El nacimiento de la vida es un acontecimiento feliz, pero el dolor de la madre acompaña el proceso. No hay nada más alegre que recibir la vida eterna. Esta alegría también es seguida por el dolor y la devoción de Dios Madre. Cuando éramos pequeños, no sabíamos cuántos esfuerzos hacían nuestras madres por nosotros. Pero cuando crecemos, nos damos cuenta y les agradecemos. Asimismo, los hijos celestiales maduros conocen el amor y el sacrificio de Dios Madre, y tienen una fe madura para darle gracias y gloria.

Me he dado cuenta del ilimitado amor de la Madre. Aunque cometimos muchos errores en el pasado, la Madre nos dio una cálida bienvenida. A quienes quieren sentir y conocer el amor de Dios Madre, me gustaría decirles: “Vayan a Corea. Si se encuentran con la Madre, se darán cuenta del amor y el sacrificio del Padre y la Madre”.
- De una entrevista del 39.º Grupo de Visita del Extranjero[30]

Vídeos relacionados

  • Sermón: Dios Padre y Dios Madre

Véase también

Sitios relacionados

Referencias

  1. 1,0 1,1 «Mateo 6:9». 
  2. 2,0 2,1 2,2 «Gálatas 4:26». 
  3. Iglesia de Dios Sociedad Misionera Mundial - El 55.º aniversario de su fundación abre la era de los 3 millones de miembros, Revista mensual Shindonga, junio de 2019
  4. «Génesis 1:1». 
  5. «Romanos 1:18-20». 
  6. 6,0 6,1 «Apocalipsis 4:11». 
  7. «El Espíritu y la Esposa». sitio web de la Iglesia de Dios Sociedad Misionera Mundial. 
  8. «Apocalipsis 21:6». 
  9. 9,0 9,1 9,2 «Apocalipsis 21:9-10». 
  10. «2 Corintios 6:17-18». 
  11. «Mateo 22:1-14». 
  12. «Apocalipsis 12:9». 
  13. «Apocalipsis 12:17». 
  14. «1 Corintios 15:45». 
  15. «Apocalipsis 19:7». 
  16. «Apocalipsis 22:17». 
  17. «Romanos 5:12-19». 
  18. «Génesis 3:20». 
  19. «Los sobrevivientes olvidados del terremoto de Gyumri». Al jazeera. 7 de diciembre de 2017. 
  20. «Mujer atrapada le dio a su hija su sangre para mantenerla con vida». John-Thor Dahlburg, AP News. 29 de diciembre de 1988. 
  21. «Terremoto de Sichuan de 2008, China». Britannica. 
  22. «El poder del amor de sus madres». China Daily. 18 de mayo de 2008. 
  23. «Madre va al cielo después de salvar a su hijo del fuego». YTN. 24 de enero de 2015. 
  24. «Romanos 1:20». 
  25. «Hebreos 8:5». 
  26. «Juan 13:34». 
  27. «1 Juan 4:7-8». 
  28. «1 Juan 4:19». 
  29. «Apocalipsis 22:17». 
  30. «No cabe duda de que la Madre es amor [Japón] 39.º Grupo de Visita del Extranjero». sitio web de la Iglesia de Dios Sociedad Misionera Mundial.