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Moisés se describe como uno de los antepasados de la fe en el [[Libro de Hebreos|libro de Hebreos]] del [[La Biblia del Nuevo Testamento|Nuevo Testamento]]. Moisés creció como el hijo de una princesa egipcia, pero abandonó la riqueza, el poder y el honor que tenía en Egipto, y eligió ser maltratado con el pueblo de Dios. Fue porque tenía puesta la mirada en el galardón en lugar de los placeres del mundo.
Moisés se describe como uno de los antepasados de la fe en el [[Libro de Hebreos|libro de Hebreos]] del [[La Biblia del Nuevo Testamento|Nuevo Testamento]]. Moisés creció como el hijo de una princesa egipcia, pero abandonó la riqueza, el poder y el honor que tenía en Egipto, y eligió ser maltratado con el pueblo de Dios. Fue porque tenía puesta la mirada en el galardón en lugar de los placeres del mundo.


{{quote5 |내용=“Por la fe Moisés, hecho ya grande, rehusó llamarse hijo de la hija de Faraón, escogiendo antes ser maltratado con el pueblo de Dios, que gozar de los deleites temporales del pecado, teniendo por mayores riquezas el vituperio de Cristo que los tesoros de los egipcios; porque tenía puesta la mirada en el galardón. Por la fe dejó a Egipto, no temiendo la ira del rey; porque se sostuvo como viendo al Invisible. Por la fe celebró la pascua y la aspersión de la sangre, para que el que destruía a los primogénitos no los tocase a ellos.” |출처= Hebreos 11:24-28}}
{{quote5 |내용=“Por la fe Moisés, hecho ya grande, rehusó llamarse hijo de la hija de Faraón, escogiendo antes ser maltratado con el pueblo de Dios, que gozar de los deleites temporales del pecado, teniendo por mayores riquezas el vituperio de Cristo que los tesoros de los egipcios; porque tenía puesta la mirada en el galardón. Por la fe dejó a Egipto, no temiendo la ira del rey; porque se sostuvo como viendo al Invisible. Por la fe celebró la pascua y la aspersión de la sangre, para que el que destruía a los primogénitos no los tocase a ellos.” |출처=[https://live.bible.is/bible/SPAR60/HEB/11 Hebreos 11:24-28]}}


Moisés se enfrentó a Faraón, un hombre de poder absoluto, solo por la fe en Dios. Finalmente, protegió a los israelitas de la plaga de la [[Primogénito|destrucción de los primogénitos]] celebrando la Pascua, y los liberó de la esclavitud de Egipto.
Moisés se enfrentó a Faraón, un hombre de poder absoluto, solo por la fe en Dios. Finalmente, protegió a los israelitas de la plaga de la [[Primogénito|destrucción de los primogénitos]] celebrando la Pascua, y los liberó de la esclavitud de Egipto.

Revisión actual - 07:59 4 ene 2024

Moisés
Moisés con las tablas de los diez mandamientos, de Guido Reni (1624)
Familia Padre: Amram
Madre: Jocabed
Hermano: Aarón
Hermana: María
Esposa: Séfora
Hijos: Gersón, Eliezer
Lugar de nacimiento Gosén
Sepulcro Monte Nebo, Moab
Principales logros Escribió el Pentateuco
Guio a los israelitas en la época del Éxodo
El milagro del mar Rojo
Recibió los diez mandamientos de Dios
Construyó el tabernáculo y estableció a los sacerdotes y levitas
Guio a los israelitas en el desierto durante cuarenta años

Moisés (hebreo: משֶׁה)[1] fue un líder que guio a los israelitas que estaban oprimidos en Egipto a la tierra de Canaán que Dios les prometió. Fue hijo de Amram y Jocabed, levitas. Fue criado como el hijastro de una princesa egipcia. Renunció a su vida cómoda como príncipe de Egipto y sufrió con su pueblo.[2] Es el escritor del Pentateuco y el profeta que representa los tiempos del Antiguo Testamento. A la edad de ochenta años, fue llamado por Dios para guiar a los israelitas durante el Éxodo y el viaje de cuarenta años por el desierto, y recibió los diez mandamientos directamente de Dios. La obra de Moisés en el Antiguo Testamento representa la obra de Jesucristo.

Antecedentes históricos

Jacob, que vivía en Canaán, emigró a la tierra de Gosén en Egipto para escapar de la hambruna, por invitación de José, quien se había convertido en gobernador de Egipto. En ese momento, había setenta miembros de la familia de Jacob que se mudaron a Egipto. En la tierra de Gosén, conocida por ser la tierra más fértil de Egipto, los israelitas prosperaron y se fortalecieron.[3] Los doce hijos de Jacob se convirtieron en la base de las doce tribus de Israel. Sin embargo, la situación cambió cuando un nuevo rey ascendió al trono porque no conocía a José, que era exgobernador de Egipto. Faraón, rey de Egipto, sintió una amenaza política a medida que aumentaba el número de israelitas. Por ello, esclavizaron a los israelitas y les hicieron construir las ciudades de almacenaje nacional de Pitón y Ramesés para debilitar su poder. Los israelitas realizaban trabajos forzados en ladrillo y mortero, y toda clase de labores en los campos todos los días. No obstante, cuanto más eran oprimidos, más aumentaba la población y crecían las preocupaciones de Faraón y los egipcios.[4] Finalmente, Faraón ordenó matar a todos los niños hebreos cuando nacieran.[5][6]

La vida de Moisés y sus principales acontecimientos

Nacimiento y vida en el palacio

Moisés salvado de las aguas, de Paolo Veronese (1570-1580)

Después de que se emitió la orden de Faraón en todo Egipto, Jocabed, la esposa de Amram de la tribu de Leví, dio a luz un hijo. Jocabed escondió al niño y lo crio durante tres meses. Pero a medida que el niño crecía, era difícil ocultarlo. Así que lo puso en una arquilla de juncos y la calafateó con asfalto y brea. Luego, colocó al niño allí y lo puso en un carrizal a lo largo de la orilla del río. En ese momento, la hija de Faraón salió a bañarse y encontró la arquilla. La princesa sabía que el niño era hebreo, pero sintió pena por él y decidió quedárselo. Después de ver esto, la hermana de Moisés, María, le recomendó a la princesa a su madre Jocabed como nodriza para amamantar al niño. La princesa le pagó un salario a Jocabed para que amamantara al niño. Después de llevar al niño al palacio y adoptarlo, la princesa le dio el nombre de Moisés, que significa: “De las aguas lo saqué”.[7] Según el discurso de Esteban en el Concilio, Moisés fue enseñado en toda la sabiduría de los egipcios en el palacio real hasta los cuarenta años.[8]

Vida de pastor

  • Huida a Madián

Cuando Moisés cumplió cuarenta años, decidió cuidar de su pueblo.[9] Cuando Moisés cumplió cuarenta años, decidió cuidar de su pueblo.[9] Un día, fue al campo donde trabajaba su pueblo, los hebreos. Al ver a un egipcio golpeando a un hebreo, se enfureció y lo mató. Y escondió su cuerpo en la arena. Al día siguiente volvió a salir y esta vez vio a dos hebreos peleando. Mientras mediaba en su pelea, Moisés descubrió que lo que había hecho, haber matado a un egipcio, había sido descubierto. Cuando Faraón trató de encontrar a Moisés para matarlo, él escapó de Faraón y huyó a Madián.

Moisés ayudó a las siete hijas de un sacerdote madianita llamado Jetro (también conocido como Reuel),[10] que estaban en problemas junto a un pozo. Allí, Moisés se casó con Séfora, la hija de Jetro,[11] tuvo dos hijos y vivió como pastor de ovejas durante cuarenta años.

  • Recibió la misión de salvar a su pueblo
Los israelitas esclavizados en Egipto

Con el paso del tiempo, un nuevo rey ascendió al trono de Egipto, pero los israelitas aún sufrían trabajos forzados. Dios escuchó sus gemidos y llantos y se acordó del pacto que había hecho con Abraham, Isaac y Jacob y los miró.[12]

Un día, Moisés llevó a sus ovejas a Horeb (monte Sinaí),[13] el monte de Dios, y vio llamas de fuego en medio de una zarza. Cuando Moisés trató de acercarse, Dios le ordenó: “No te acerques; quita tu calzado de tus pies, porque el lugar en que tú estás, tierra santa es”. Dios le dijo a Moisés, que tenía miedo, un plan para sacar a los israelitas de Egipto y llevarlos a la tierra de Canaán donde fluye leche y miel. Y le encomendó la misión de salvar a los israelitas.[14]
Moisés pensó que él no era una persona adecuada para asumir una misión tan importante, pero Dios lo animó y le dijo que estaría con él.[15] Moisés le pidió a Dios que mostrara a los israelitas una evidencia convincente, para que confiaran en él. En un instante, Dios le mostró el milagro de su vara convirtiéndose en una culebra y el milagro de la lepra en su mano.[16] Aunque vio el poder de Dios justo ante sus ojos, Moisés volvió a dudar y dijo que no era elocuente.[17] Dios le respondió que Él es el Creador que le dio la boca al hombre y le dijo: “Yo estaré con tu boca”. Cuando Moisés le volvió a pedir a Dios que confiara la misión a otra persona competente, la ira de Dios se encendió contra Moisés y dijo que su hermano Aarón hablaría a los israelitas en su nombre. Entonces, Moisés aceptó su misión y se despidió de Jetro, su suegro, y se dirigió a Egipto con su familia. Moisés tenía ochenta años en aquel momento.[18]

El Éxodo y la vida en el desierto

Las diez plagas y el poder de la Pascua

La muerte del primogénito de Faraón, de Lawrence Alma Tadema (1872)

Moisés y Aarón se presentaron ante Faraón, rey de Egipto, y le transmitieron la voluntad de Dios de que liberara a los israelitas, pero Faraón se negó a escuchar y en cambio aumentó su trabajo y los maltrató aún más. Dios envió las diez plagas sobre los egipcios para mostrar su poder.[19]

Las diez plagas que llegaron sobre Egipto son:

① Primera plaga: Convertir el agua en sangre

② Segunda plaga: Ranas

③ Tercera plaga: Piojos

④ Cuarta plaga: Moscas

⑤ Quinta plaga: Pestilencia en el ganado

⑥ Sexta plaga: Úlceras

⑦ Séptima plaga: Granizo

⑧ Octava plaga: Langostas

⑨ Novena plaga: Tinieblas

⑩ Décima plaga: Muerte de los primogénitos

Como habían predicho Moisés y Aarón, hubo nueve plagas, pero Faraón no dejó ir a los israelitas. Finalmente, Dios envió la décima plaga, la cual mató a todos los primogénitos de Egipto. Dios le enseñó a Moisés y a Aarón cómo escapar de la décima plaga, para que pudieran salvar la vida de los israelitas. La manera de escapar de la última plaga era guardar la Pascua.

La noche en que los israelitas celebraron la Pascua, todos murieron en la tierra de Egipto; desde el primogénito de Faraón hasta el primogénito del cautivo que estaba en la cárcel, y todo primogénito de los animales. Y hubo un gran clamor en Egipto. No obstante, los israelitas que guardaron la Pascua según la palabra de Dios escaparon del desastre. Faraón finalmente decidió liberar a los israelitas.[20]
Dios ordenó a los israelitas, que se salvaron de los desastres, que celebraran la Pascua como un estatuto perpetuo durante sus generaciones.


“[…] es la Pascua de Jehová. Pues yo pasaré aquella noche por la tierra de Egipto, y heriré a todo primogénito en la tierra de Egipto, así de los hombres como de las bestias; y ejecutaré mis juicios en todos los dioses de Egipto. Yo Jehová. Y la sangre os será por señal en las casas donde vosotros estéis; y veré la sangre y pasaré de vosotros, y no habrá en vosotros plaga de mortandad cuando hiera la tierra de Egipto. Y este día os será en memoria, y lo celebraréis como fiesta solemne para Jehová durante vuestras generaciones; por estatuto perpetuo lo celebraréis.”

- Éxodo 12:11-14


El milagro del mar Rojo

Moisés con una vara frente al mar Rojo
Los israelitas cruzando el mar Rojo dividido

Por el poder de la Pascua, los israelitas salieron de Egipto y llegaron frente al mar Rojo y acamparon allí.[21] En ese momento, Faraón cambió de opinión y persiguió a los israelitas con seiscientos de los mejores carros junto con todos los demás carros de Egipto. Los israelitas temieron y clamaron a Dios y murmuraron contra Moisés, diciendo: “¡Mejor nos fuera servir a los egipcios, que morir nosotros en el desierto!”.[22] Pero Moisés les aseguró que Dios pelearía por ellos.
Según la palabra de Dios, Moisés extendió su vara sobre el mar.[23] Entonces, el mar se dividió y apareció tierra seca. Toda esa noche, Dios hizo retroceder el mar con un fuerte viento oriental y lo convirtió en tierra seca.[24] Las aguas quedaron divididas, y los israelitas atravesaron el mar en seco, teniendo las aguas como muro a su derecha y a su izquierda. Cuando el ejército egipcio persiguió a los israelitas en el mar, Dios quitó las ruedas de sus carros, lo cual les dificultó conducir.[25]
Al amanecer, Moisés extendió su mano sobre el mar conforme a la palabra de Dios, y el mar se volvió en toda su fuerza, y los egipcios al huir se encontraban con el mar; y Jehová derribó a los egipcios en medio del mar. Los israelitas llegaron a salvo al otro lado de la tierra. Los israelitas, que habían sido testigos del poder de Dios, temieron a Dios y creyeron en Moisés.[26]

  • El milagro que dividió el mar Rojo (Escena de la película Los diez mandamientos)

La batalla contra los amalecitas

¡Victoria, oh Señor!, de John Everett Millais (1871). Moisés levanta sus manos e Israel gana la batalla contra los amalecitas.

Cuando los israelitas estaban en Refidim por el desierto de Sin,[27] los amalecitas atacaron a Israel. Moisés hizo que Josué dirigiera un ejército y peleara mientras él llevaba a Aarón y Hur a la cumbre del collado. Mientras Moisés levantaba las manos, los israelitas ganaban; pero cada vez que bajaba las manos, ganaban los amalecitas. Cuando Moisés se cansaba, Aarón y Hur levantaban sus brazos a cada lado hasta la puesta del sol. Al final, el ejército de Josué ganó la guerra.

Después de la guerra, Moisés agradeció a Dios y construyó un altar, y lo llamó “Jehová-nisi” que significa “Jehová es mi estandarte”.[28]

Moisés recibió las primeras tablas de los diez mandamientos

Dios descendió al monte Sinaí y proclamó los diez mandamientos mientras los israelitas estaban reunidos.[29] Ellos tenían miedo de morir si escuchaban la voz de Dios, así que le pidieron a Moisés que les entregara la palabra de Dios.[30] Moisés fue la única persona que vio a Dios cara a cara.[31] El pueblo escuchó la voz de Dios como un trueno, pero Moisés la escuchó y la entendió correctamente.[30] Dios hizo que el pueblo regresara a sus tiendas y llamó a Moisés aparte. Luego, le enseñó todas las leyes y estatutos, incluyendo las siete fiestas de tres tiempos.[32] Cuando Moisés entregó la palabra de Dios al pueblo, respondieron a una voz que la obedecerían.[33]
Dios le dijo a Moisés que subiera al monte Sinaí para entregarle las tablas de piedra con la ley y los mandamientos escritos en ellas.[34] A partir de ese día, Moisés subió al monte Sinaí y permaneció allí cuarenta días y cuarenta noches sin comer pan ni beber agua.[35][36] Dios le ordenó a Moisés que construyera un santuario (tabernáculo) para que Él habitara entre su pueblo. Y le mostró en detalle la estructura, el tamaño, la forma y los materiales del santuario, y le dijo que lo construyera exactamente como se le había mostrado.[37] Además, Dios hizo las dos tablas de piedra del pacto, es decir, las tablas de los diez mandamientos, y pidió guardarlas en el arca del pacto dentro del Lugar Santísimo. Luego, Dios dijo que se encontraría con Moisés y les daría todos sus mandamientos a los israelitas sobre el propiciatorio, de entre los dos querubines (ángeles) que están sobre el arca del testimonio.[38] Cuando Dios terminó de hablarle en el monte Sinaí, le dio a Moisés las dos tablas del testimonio, tablas de piedra (de los diez mandamientos) escritas con el dedo de Dios.[39]

  • Moisés recibe los diez mandamientos en el monte Sinaí (Escena de la película Los diez mandamientos)

Idolatría del becerro de oro

Los israelitas adoraron al becerro de oro como un ídolo.
Moisés en el monte Sinaí, de Daniele da Volterra (1545-1555)

Cuando Moisés no bajó del monte Sinaí durante cuarenta días, el pueblo se acercó a Aarón y le pidió que hiciera un dios para guiarlos, porque no sabían qué le había sucedido a Moisés. Aarón hizo un ídolo en forma de becerro derritiendo los zarcillos de oro que el pueblo había traído. El pueblo construyó un altar frente a él y llamó al becerro de oro “el dios que los sacó de Egipto”. Luego, se sentaron a comer y a beber, y se levantaron a regocijarse. Además, Aarón proclamó: “Mañana será fiesta para Jehová”.[40]

Dios estaba enojado con el pueblo que se corrompió y adoró al ídolo, así que dijo que los destruiría. Pero Moisés oró en presencia de Dios, y al ver su fervor ya no trajo ningún desastre.[41]
Cuando Moisés descendió del monte Sinaí, vio al pueblo adorando un ídolo en forma de becerro de oro. Ardió su ira, y arrojó las tablas de sus manos, y las quebró al pie del monte. Cuando Moisés hizo una distinción entre los que estaban del lado de Dios y los que no, los levitas se pusieron del lado de Dios. Moisés castigó a los que adoraron al ídolo del becerro de oro, mediante la tribu de Leví. Ese día, tres mil personas murieron.[42]

Recibió las segundas tablas de los diez mandamientos

Moisés fue a Dios y se arrepintió de los pecados de los israelitas y pidió perdón, diciendo: “Te ruego que perdones ahora su pecado, y si no, ráeme ahora de tu libro que has escrito”. Dios respondió: “Al que pecare contra mí, a este raeré yo de mi libro”.[43]
Dios le ordenó a Moisés que les dijera a los israelitas que se quitaran los atavíos.[44] Luego, le pidió a Moisés que tallara dos tablas de piedra como las primeras y subiera al monte Sinaí.[45] Mientras Moisés seguía todo, Dios descendió al monte Sinaí. Dios dijo que haría un pacto con su pueblo. Y les ordenó lo siguiente: No os inclinéis a ningún otro dios, no hagáis ídolos fundidos, guardad el Día de Reposo, el séptimo día, celebrad la Fiesta de los Panes sin Levadura, la Fiesta de las Semanas y la Fiesta de la Cosecha todos los años.[46] Moisés estuvo allí con Dios cuarenta días y cuarenta noches sin comer pan ni beber agua. Dios escribió las palabras del pacto, que eran las mismas que la primera vez, los diez mandamientos, en tablas de piedra.[47] Moisés descendió con las segundas tablas de los diez mandamientos el décimo día del séptimo mes según el calendario sagrado. Este día se convirtió en el origen del Día de Expiación.

La rebelión de Coré y sus seguidores

La destrucción de los hombres de Coré que se rebelaron contra Moisés y Aarón

Coré de la tribu de Leví y ciertos rubenitas como Datán, Abiram y On codiciaron el título de sacerdote y formaron un grupo para rebelarse contra Moisés y Aarón junto con doscientos cincuenta líderes. Moisés los reprendió por su comportamiento insolente, pero no funcionó.

Luego, la gloria de Dios apareció cuando Coré y sus seguidores se unieron en oposición a Moisés y Aarón. Dios les dijo a Moisés y Aarón que se apartaran de las tiendas de Coré y sus seguidores porque los consumiría en un momento. Tan pronto como los demás se alejaron, se abrió la tierra que estaba debajo de ellos. Abrió la tierra su boca, y los tragó a ellos, a sus casas, a todos los hombres de Coré y a todos sus bienes. Los doscientos cincuenta líderes fueron destruidos por el fuego que salió de Dios.

Al día siguiente, la congregación de Israel salió y murmuró contra Moisés y Aarón, y dijeron que habían matado al pueblo de Dios. Entonces, la mortandad comenzó entre ellos porque provocaron la ira de Dios. Esta plaga causó la muerte de 14 700 personas.[48]

El error de Moisés

Moisés golpea la roca, de Nicolas Poussin (1649)

Cuando los israelitas se quedaron en Cades, no había agua para beber. Corrieron a Moisés y Aarón y se quejaron: “¿Y por qué nos has hecho subir de Egipto, para traernos a este mal lugar?”. Dios le dijo a Moisés y Aarón: “Toma la vara, y reúne la congregación, y hablad a la peña a vista de ellos; y ella dará su agua”.

Entonces, Moisés y Aarón convocaron al pueblo frente a la peña y dijeron: “¡Oíd ahora, rebeldes! ¿Os hemos de hacer salir aguas de esta peña?”. Moisés golpeó la peña dos veces con su vara. El agua brotó y la congregación y su ganado bebieron. Sin embargo, Dios le dijo a Moisés y Aarón: “No meteréis esta congregación en la tierra que les he dado”, porque se glorificaron a sí mismos por el suceso que vino del poder de Dios. Al final, Moisés y Aarón no pudieron entrar en la tierra de Canaán.[49]

Las serpientes ardientes y la serpiente de bronce

Dios le dijo a Moisés que hiciera una serpiente de bronce y la pusiera en un asta, y permitió que cualquiera que mirara a ella, viviera.

Los israelitas partieron del monte de Hor por la ruta del mar Rojo, para rodear Edom por el camino de Canaán, que no era un atajo. El pueblo se desanimó por el camino y volvió a murmurar contra Dios y Moisés.[50] Dios se enojó por sus quejas y envió serpientes ardientes que mordían al pueblo, y muchos de ellos murieron. El pueblo se acercó a Moisés y confesó sus pecados. Le pidieron a Moisés que orara a Dios que quitara las serpientes. Cuando Moisés oró por el pueblo, Dios le dijo que hiciera una serpiente de bronce y la pusiera en un asta. Entonces, cuando alguien era mordido por una serpiente, miraba a la serpiente de bronce y vivía.[51] No fue la serpiente de bronce la que salvó al pueblo en ese momento, sino la palabra de Dios: “Cualquiera que fuere mordido y mirare a ella (a la serpiente de bronce), vivirá”. Sin embargo, tiempo después, el pueblo adoró a la serpiente de bronce.[52]

Nombró a Josué como su sucesor

Dios llamó a Moisés y le pidió que subiera al monte Nebo desde las llanuras de Moab, frente a Jericó, para ver la tierra de Canaán. Dios le dijo a Moisés que moriría en el monte Nebo sin pasar a la tierra de Canaán.[53] Después, le dijo que nombrara a Josué como su sucesor.[54] Conforme a la palabra de Dios, Moisés impuso sus manos sobre Josué y lo nombró su sucesor.[55]

El último sermón de Moisés

El primer día del mes undécimo, cuarenta años después de haber salido de Egipto, Moisés y los israelitas llegaron al oriente del Jordán, a las llanuras de Moab. Moisés predicó su último sermón al pueblo allí.[56] Recordó los últimos cuarenta años en el desierto. Y les dijo que no solo de pan vivirá el hombre, mas de todo lo que sale de la boca de Jehová. Luego, los instó a temer a Dios y guardar sus mandamientos, porque Él les hizo caminar en el desierto para a la postre hacerles bien. Además, Moisés explicó en detalle los decretos y leyes de Dios que debían guardar toda su vida: los diez mandamientos, las fiestas, el diezmo, etc.

Moisés dijo repetidamente que lo que Dios quería que hiciera el pueblo era servirlo con todo su corazón y alma, y observar sus mandamientos y decretos para que tuvieran prosperidad.

“Ahora, pues, Israel, ¿qué pide Jehová tu Dios de ti, sino que temas a Jehová tu Dios, que andes en todos sus caminos, y que lo ames, y sirvas a Jehová tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma; que guardes los mandamientos de Jehová y sus estatutos, que yo te prescribo hoy, para que tengas prosperidad?”

- Deuteronomio 10:12-13


Moisés dijo que si obedecían los mandamientos de Dios, serían bendecidos dondequiera que fueran.[57] Moisés entregó el libro de la ley que él escribió a los levitas y les dijo que lo pusieran al lado del arca del pacto como evidencia.[58]

El monte Nebo es conocido como el lugar donde Moisés murió y fue enterrado.

La muerte de Moisés

Moisés murió en el monte Nebo y fue sepultado. Tenía ciento veinte años cuando murió. No obstante, sus ojos nunca se oscurecieron, ni perdió su vigor. Y nunca más se levantó profeta en Israel como Moisés, a quien hubiera conocido Jehová cara a cara. Los israelitas se lamentaron treinta días por la muerte de Moisés, llorando y lamentándose.[59]

Resumen de la vida de Moisés

Vida Escena de la película
Los diez mandamientos
Eventos principales Versículos de la Biblia
Nació y vivió en el palacio real (cuarenta años) Nina Foch in The Ten Commandments trailer.jpg ・Faraón ordenó matar a los niños hebreos.

・Nació de padres de la tribu de Leví
・Fue encontrado por la princesa egipcia en el Nilo
・Comenzó su vida en el palacio real como hijo adoptivo de la princesa egipcia
・Aprendió todas las enseñanzas y la sabiduría de Egipto
・Mató a un egipcio que maltrataba a su pueblo (hebreos) (40 años)

Ex 1:22,
Ex 2:1-15,
Hch 7:20-28
Vida de pastor (40 años) 호렙산 떨기나무 앞 모세.jpg ・Huyó a la tierra de Madián

・Vida como pastor en la casa del sacerdote Jetro

・Se casó con la hija de Jetro, Séfora (hijos: Gersón, Eliezer)

・Llamado por Dios en el monte Horeb (80 años)

Ex 2:21-22,
Ex 3
Éxodo y vida en el desierto (40 años) 갈라진 홍해를 건너는 이스라엘 백성.jpg ・Enfrentó a Faraón

・Celebró la Pascua y el Éxodo

・El milagro del mar Rojo

Ex 7-14
하나님이 친수로 쓰신 십계명.jpg ・Recibió los diez mandamientos en el monte Sinaí

・Construyó el tabernáculo y estableció sacerdotes y levitas

・Nombró a Josué como su sucesor

・Murió en el monte Nebo (120 años)

Ex 31:18,
Nm 27:18-20,
Dt 34:7-10

Moisés en el Nuevo Testamento

El Antiguo Testamento y el Nuevo Testamento tienen la relación de sombra y realidad.[60] Moisés, que apareció en los tiempos del Antiguo Testamento, representa a Jesucristo en los tiempos del Nuevo Testamento.[61] Por eso, la Biblia profetizó que Jesús es un profeta como Moisés.


“y él envíe a Jesucristo, que os fue antes anunciado […]. Porque Moisés dijo a los padres: El Señor vuestro Dios os levantará profeta de entre vuestros hermanos, como a mí; a él oiréis en todas las cosas que os hable […]. Y todos los profetas desde Samuel en adelante, cuantos han hablado, también han anunciado estos días.”

- Hechos 3:20-24


Desde este punto de vista, las obras de Moisés son una sombra de las de Jesús. De hecho, cuando comparamos las vidas y las obras de Moisés y Jesús, podemos encontrar muchos patrones similares incluso desde sus nacimientos.

Lección

Antes de que Moisés fuera llamado por Dios, era pastor y no era elocuente.[62] Sin embargo, después de recibir el llamado de Dios, se convirtió en el líder de 600 000 israelitas y los condujo a Canaán. Esto nos da entendimiento sobre el hecho de que cuando Dios nos llama a una misión, nos da el poder para llevarla a cabo. Dios no usa a las personas con habilidades sobresalientes en el mundo, sino a los que se humillan y creen que es Dios quien les da todas sus habilidades.

Moisés se describe como uno de los antepasados de la fe en el libro de Hebreos del Nuevo Testamento. Moisés creció como el hijo de una princesa egipcia, pero abandonó la riqueza, el poder y el honor que tenía en Egipto, y eligió ser maltratado con el pueblo de Dios. Fue porque tenía puesta la mirada en el galardón en lugar de los placeres del mundo.


“Por la fe Moisés, hecho ya grande, rehusó llamarse hijo de la hija de Faraón, escogiendo antes ser maltratado con el pueblo de Dios, que gozar de los deleites temporales del pecado, teniendo por mayores riquezas el vituperio de Cristo que los tesoros de los egipcios; porque tenía puesta la mirada en el galardón. Por la fe dejó a Egipto, no temiendo la ira del rey; porque se sostuvo como viendo al Invisible. Por la fe celebró la pascua y la aspersión de la sangre, para que el que destruía a los primogénitos no los tocase a ellos.”

- Hebreos 11:24-28


Moisés se enfrentó a Faraón, un hombre de poder absoluto, solo por la fe en Dios. Finalmente, protegió a los israelitas de la plaga de la destrucción de los primogénitos celebrando la Pascua, y los liberó de la esclavitud de Egipto.

Después de salir de Egipto, Moisés comunicó la voluntad de Dios a los israelitas como mediador entre Dios y el pueblo, y fue a Dios en nombre de todos los israelitas. Cuando los israelitas hacían algo malo, él se postraba ante Dios y le pedía que los perdonara.[43][63][64] Así, Moisés cuidó de los israelitas, quienes se quejaban y murmuraban contra él, y se dedicó a guiarlos a Canaán. La Biblia evalúa a Moisés como “el hombre más manso sobre la faz de la tierra”[65] y “fiel en toda la casa de Dios, como siervo”.[66]
La fe de Moisés en Dios, la esperanza en las recompensas del cielo y el amor por el pueblo son buenos ejemplos para los santos que recorren el desierto de la fe, anhelando la Canaán celestial.

Vídeos relacionados

  • Sermón del Primer Pastor Kim Joo-cheol: La fuente de poder que cumple la obra de la salvación

  • Sermón del Primer Pastor Kim Joo-cheol: El llamado de Dios

Véase también

Referencias

  1. 4872. Mosheh, Bible Hub
  2. «Hebreos 11:24-26». 
  3. «Éxodo 1:5-7». 
  4. «Éxodo 1:8-14». 
  5. Moses - Years and deeds, Britannica
  6. «Éxodo 1:22». 
  7. «Éxodo 2:1-10». 
  8. «Hechos 7:22». 
  9. «Hechos 7:23». 
  10. «Éxodo 2:18». 
  11. «Éxodo 2:11-22». 
  12. «Éxodo 2:23-25». 
  13. «Éxodo 3:1». 
  14. «Éxodo 3:2-10». 
  15. Éxodo 3:11-12
  16. «Éxodo 4:2-7». 
  17. «Éxodo 4:10». 
  18. «Hechos 7:23-30». 
  19. Éxodo 7:13-12:30
  20. «Éxodo 12:29-31». 
  21. «Éxodo 14:1-2». 
  22. «Éxodo 14:6-12». 
  23. «Éxodo 14:15-16». 
  24. «Éxodo 14:21». 
  25. «Éxodo 14:22-25». 
  26. «Éxodo 14:27-31». 
  27. «Éxodo 17:1». 
  28. «Éxodo 17:8-16». 
  29. «Éxodo 20:1-17». 
  30. 30,0 30,1 «Éxodo 20:18-19». 
  31. «Éxodo 33:11». 
  32. «Éxodo 23:14-17». 
  33. «Éxodo 24:3». 
  34. «Éxodo 24:12». 
  35. «Éxodo 24:15-18». 
  36. «Deuteronomio 9:9». 
  37. «Éxodo 25:1-9». 
  38. «Éxodo 25:21-22». 
  39. «Éxodo 31:18». 
  40. «Éxodo 32:1-6». 
  41. «Éxodo 32:7-14». 
  42. «Éxodo 32:15-28». 
  43. 43,0 43,1 «Éxodo 32:30-33». 
  44. «Éxodo 33:5-6». 
  45. «Éxodo 34:1». 
  46. «Éxodo 34:18-22». 
  47. «Éxodo 34:27-28». 
  48. «Números 16». 
  49. «Deuteronomio 32:52». 
  50. «Números 21:4-5». 
  51. «Números 21:6-9». 
  52. «2 Reyes 18:4». 
  53. «Deuteronomio 32:49-51». 
  54. «Números 27:18-20». 
  55. «Números 27:22-23». 
  56. «Deuteronomio 1:1». 
  57. «Deuteronomio 28:1-3». 
  58. «Deuteronomio 31:24-26». 
  59. «Deuteronomio 34:7-10». 
  60. «Hebreos 8:5-6». 
  61. «Deuteronomio 18:17-18». 
  62. «Éxodo 6:12». 
  63. «Éxodo 34:8-9». 
  64. «Números 16:20-22». 
  65. «Números 12:3». 
  66. «Hebreos 3:5».