El Día de Pentecostés

El Día de Pentecostés es una de las fiestas solemnes de Dios escritas en la Biblia. Era llamada la Fiesta de las Semanas en el Antiguo Testamento.[1] Se llama “Día de Pentecostés” porque se celebra el día cincuenta después de la Fiesta de las Primicias (Día de Resurrección).[2] Después de la resurrección y la ascensión de Jesús, el Espíritu Santo se derramó sobre los santos de la Iglesia primitiva en el Día de Pentecostés hace dos mil años. Los discípulos, que recibieron la plena bendición del Espíritu Santo en este día, predicaron con valentía y la evangelización mundial comenzó fervientemente.

Los santos de la Iglesia primitiva reunidos en el aposento alto de Marcos para orar.
Los santos de la Iglesia primitiva reunidos en el aposento alto de Marcos para orar.
Nombre El Día de Pentecostés
Fecha El día cincuenta después del Día de Resurrección
Ceremonia Oración por el Espíritu Santo durante diez días, comenzando el Día de Ascensión
Bendición El Espíritu Santo de la lluvia

Origen del Día de Pentecostés

El Día de Pentecostés se originó con la Fiesta de las Semanas en los tiempos del Antiguo Testamento. La Fiesta de las Semanas se estableció para conmemorar el día en que Moisés subió al monte Sinaí para recibir las tablas con los diez mandamientos por primera vez. Los israelitas, que fueron liberados de Egipto, cruzaron el mar Rojo, que fue dividido por el poder de Dios. El día cuarenta después de cruzar el mar Rojo, Moisés fue llamado por Dios y subió al monte Sinaí.[3] Entonces, Dios le dijo que le daría las tablas con los diez mandamientos escritos, por lo que Moisés volvió a subir al monte Sinaí después de diez días.[4] Dios designó este día como la Fiesta de las Semanas.


Y contaréis desde el día que sigue al día de reposo, desde el día en que ofrecisteis la gavilla de la ofrenda mecida [Fiesta de las Primicias]; siete semanas cumplidas serán. Hasta el día siguiente del séptimo día de reposo contaréis cincuenta días; entonces ofreceréis el nuevo grano a Jehová.

- Levítico 23:15-18


La obra de Moisés era una profecía de lo que Jesús haría en el futuro.[5][6] Así como Moisés subió al monte Sinaí el día cuarenta después cruzar el mar Rojo, Jesús ascendió al cielo el día cuarenta después de su resurrección.[7] Y así como Moisés subió a recibir los diez mandamientos en el día cincuenta, que fue después de diez días, Jesús entró en el Lugar Santísimo del cielo[8] para recibir el Espíritu Santo y derramarlo sobre sus discípulos en el día cincuenta después de su resurrección.[9]

Fecha del Día de Pentecostés

Antes de que Jesús subiera al cielo, los discípulos se dedicaron a orar durante diez días, comenzando el Día de Ascensión. Esto hicieron según el mandamiento de Jesús: “Que no se fueran de Jerusalén, sino que esperasen la promesa del Padre”.[10] Y en el día cincuenta después de la resurrección de Jesús, alrededor de ciento veinte santos se reunieron en el aposento alto de Marcos para guardar el Día de Pentecostés.[11]


Cuando llegó el día de Pentecostés, estaban todos unánimes juntos.

- Hechos 2:1


Cada año, los santos de la Iglesia primitiva continuaron guardando la Pascua (al anochecer del día catorce del primer mes según el calendario sagrado), la Fiesta de los Panes sin Levadura (el día quince del primer mes según el calendario sagrado), el Día de Resurrección (el día siguiente del primer Día de Reposo después de la Fiesta de los Panes sin Levadura), y el Día de Pentecostés en el día cincuenta después del Día de Resurrección, para conmemorar la obra de Cristo.[12]


Y nosotros, pasados los días de los panes sin levadura, navegamos de Filipos, y en cinco días nos reunimos con ellos en Troas, donde nos quedamos siete días. El primer día de la semana [Día de Resurrección], reunidos los discípulos para partir el pan […]. Porque Pablo se había propuesto pasar de largo a Éfeso, para no detenerse en Asia, pues se apresuraba por estar el día de Pentecostés, si le fuese posible, en Jerusalén.

- Hechos 20:6-16


La bendición del Espíritu Santo dada en el Día de Pentecostés

Jesús comparó el ministerio del evangelio de Dios con la agricultura.[13] La lluvia, que es esencial para que las semillas sembradas en el campo se conviertan en trigo, representa el Espíritu Santo que Dios derrama.[14][15] El profeta Joel profetizó que en el futuro Dios derramaría la lluvia temprana y tardía.[16] La profecía de la lluvia temprana se cumplió cuando el Espíritu Santo se derramó sobre los santos que se dedicaron a orar en obediencia a las palabras de Jesús, esperando el Día de Pentecostés hace dos mil años.


Cuando llegó el día de Pentecostés, estaban todos unánimes juntos. Y de repente vino del cielo un estruendo como de un viento recio que soplaba, el cual llenó toda la casa donde estaban sentados; y se les aparecieron lenguas repartidas, como de fuego, asentándose sobre cada uno de ellos. Y fueron todos llenos del Espíritu Santo, y comenzaron a hablar en otras lenguas, según el Espíritu les daba que hablasen.

- Hechos 2:1-4


En el Día de Pentecostés, los apóstoles comenzaron a predicar acerca de Jesús en varios idiomas con el poder del Espíritu Santo.[17] A pesar de la persecución y la amenaza de muerte, predicaron con valentía que Jesús es el Cristo incluso ante los líderes religiosos de aquellos días.[18][19] Por la gracia del Espíritu Santo derramada en el Día de Pentecostés, el número de discípulos aumentó de mil en mil cada día, y el evangelio, que había permanecido en Israel, se predicó en varios países en un corto tiempo.[20] Como Jesús dijo: “Recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra”,[7] el Espíritu Santo dado en el Día de Pentecostés se convirtió en la fuerza motriz para difundir las nuevas de Cristo y el evangelio por todo el mundo.

Véase también

References

  1. «Deuteronomio 16:16». 
  2. «Levítico 23:15–16». 
  3. «Éxodo 19:1–7». 
  4. «Éxodo 24:12–18». 
  5. «Deuteronomio 18:18». 
  6. «Hechos 3:20–24». 
  7. 7,0 7,1 «Hechos 1:3–9». 
  8. «Hebreos 9:11–24». 
  9. Ahnsahnghong, El misterio de Dios y la fuente del agua de la vida, capítulo 2, “Las siete fiestas de tres tiempos”, pp. 16-17, Compañía Editorial Melquisedec Esto es en total cincuenta días desde el día veintidós del primer mes, cuando los israelitas cruzaron el mar Rojo después del Éxodo, hasta el día once del tercer mes, cuando Moisés subió al monte Sinaí para recibir los diez mandamientos (ref. Ex 19:16-25, 24:1-18). Dios fijó la Fiesta de la Siega para que pudieran recordar estos días y conmemorarlos de generación en generación (Ex 14:29-31, 19:1-2, 24:12-16). La realidad de esta fiesta es el derramamiento del Espíritu Santo en el Día de Pentecostés, el día cincuenta contando desde el día de la resurrección de Jesús hasta su entrada en el Lugar Santísimo del cielo. Moisés subió al monte Sinaí y recibió los diez mandamientos, lo cual indicó que Jesús entraría en el Lugar Santísimo del cielo y recibiría el Espíritu Santo para derramarlo sobre sus discípulos (Hch 2:1-4, He 9:11-12).
  10. «Hechos 1:3–4». 
  11. «Hechos 1:13–15». 
  12. «1 Corintios 16:8». 
  13. Mateo 13:24-30, 37-39
  14. «Oseas 6:3». 
  15. «Zacarías 10:1». 
  16. «Joel 2:23». 
  17. «Hechos 2:14–21». 
  18. «Hechos 4:1–4». 
  19. «Hechos 5:27–42». 
  20. «Hechos 2:23–47».